Y lo que tenemos a mano para bien o para mal en este momento son las tablets y celulares, con sus redes sociales, para bien porque nos enteramos y aprendemos de cosas interesante, bellas, importantes, que no teníamos idea de que existieran, otras feas pero es bueno estar enterados, hay tutoriales de cualquier cantidad de temas para escoger, y nos facilitan mucho la existencia preguntando cualquier cosa en que se tengan dudas.
La parte no buena es que son adictivas como cualquier droga para niños y papás, y como cualquier adicción nos impide hacer cosas que debemos hacer, y si a los adultos de repente nos aparecen cosas que no solo son desagradables también son delito, los niños sin supervisión y sin que se les enseñe estarán muy expuestos a daños de muchas formas.
Las cosas no son ni buenas ni malas, es el cómo se utilizan lo que les convierte en buenas o malas, el punto es tener reglas que se aplican y hay consecuencias si no se siguen y esto incluye a los papás, y la primera es horario especialmente en casa porque nuestra atención no puede estar en el aparato cuando las personas en vivo merecen y necesitan esa atención que manda la señal de cuánto nos importan y cuánto les queremos a los demás miembros de la familia.
Cuando las usamos estamos educando porque los hijos nos ven y escuchan, si las usamos para propagar chismes de la vida de artistas, deportistas, etcétera tache, ni siquiera tendríamos que interesarnos en la vida privada de nadie, si nos escuchan criticar a otras personas tache, no somos quien para juzgar a nadie sobre todo porque no tenemos ni idea de las circunstancias de cada quien, y si se llegan a dar cuenta que navegamos en sitios que son delito no es referencia que nos honre y sí peligrosa para que la curiosidad aparezca.
Lo nuestro es enseñar virtudes que les lleven a ser buenas personas y les ayuden a vivir en su día a día, es decir, en lugar de ser enemigos del internet hay que enseñar a usarlo bien y desarrollar virtudes que les permitan vivir de una manera más humana y real, no terminen por no saber cómo tratar y convivir con personas reales.
Los hijos son nativos digitales, nosotros nos vamos adaptando poco a poco y muchos no logramos entender ese idioma que siempre saca palabras nuevas para nuevas aplicaciones, hay que comprender que estar rodeados desde pequeños por tecnologías que además cambian constantemente en redes sociales y medios masivos de comunicación, han desarrollado otra manera de pensar, un lenguaje distinto y novedosas maneras de conocer el mundo, no es para escandalizarnos es una realidad que no vamos a poder evitar, mejor aceptarla y ayudarles a navegar en este mundo digital sin perder la humanidad, antes que todo somos humanos y los demás también.
¿Qué virtudes podemos desarrollar en esta situación?
Prudencia: Que no olviden que lo que se dice en redes sociales queda ahí para siempre, importante ser capaces de pensar antes de publicar alguna opinión, comentario o información personal, las redes no se pueden convertir en un diario en que vaciar intimidades y opiniones propias o de la familia, enseñarles a medir las consecuencias de lo que publican.
Lealtad: No solo con sus amigos, también con la escuela, maestros, compañeros o familia, cuidado con los comentarios sarcásticos o hirientes, pueden herir a las personas incluso causar daño a las instituciones de las que forman parte, debe entender que los problemas con personas cercanas deber resolverse cara a cara no ventilados a la vista de todos.
Coherencia: deben saber que su identidad digital es parte de cómo son vistos en el mundo de hoy, no es correcto hacer escondidos en las redes lo que nunca harían en persona, o nunca dirían cara a cara, su identidad debe ser la misma dentro y fuera de redes reconocida por todos.
Caridad: hay muchas maneras de hacer el bien y ayudar por estos medios, enseñarlos a aprovechar su alcance para desarrollar ideas grandes que sirvan para ayudar a otros, dando clases de lo que son buenos, organizando cuadrillas de ayuda en barrios pobres, o de limpieza o de emergencias, alertar de injusticias o simplemente alegrar la vida de algunos.
Autenticidad: para ser auténticos deben aprender a conocerse y saber que aunque en el mundo digital los likes y número de seguidores parecen muy importantes es más importante y valioso ser auténticos y no traicionar nuestra identidad y valores por tener mayor impacto en redes también implica que hay que entender que la vida hay que vivirla no solo publicarla y que detrás de una cuenta perfectamente cuidada hay personas que tienen problemas, conflictos porque nadie tiene una vida perfecta en la realidad.
Sencillez: cuidado con el contenido de su página sin un criterio claro fácilmente conduce al materialismo a la avaricia y frivolidad, que comprendan que el valor de una persona no está relacionado con sus pertenencias, su apariencia, ni es más feliz quien tiene más dinero ni el cuerpo más espectacular.
Esperanza: con esperanza logramos sobreponernos a las adversidades del presente porque confiamos en un mejor futuro, en medio de tantas circunstancias dolorosas que se viven en el mundo y aprovecharlas para crecer y ayudar.
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