12 de octubre, Día de la Hispanidad

EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA

    Encuentro trascendental de dos culturas, desarrolladas en diferentes espacios, con resultados enriquecedores para ambas, aun cuando el momento de la reunión haya estado presente el estigma de lo bélico y el afán de dominio.

    Dos concepciones afines y diferentes a la vez sobre el origen del hombre, de la materia y del espíritu, en un tiempo en el cual el mundo occidental, hasta entonces conocido, volvía a renacer a las antiguas concepciones, ya olvidadas, en un ocaso cultural sobre la visión del cosmos.

    El después denominado Nuevo Mundo, en una alusión de haber llegado a hasta un lugar hasta entonces desconocido en el ambiente general, con una estructura cultural capaz de competir con los esquemas de la ciencia y la teología del mundo hasta entonces conocido.

    Aun cuando, estrictamente hablando y de acuerdo con una semántica real, para muchos no debería hablarse de un descubrimiento, sino, en todo caso, de un redescubrimiento, pues estas tierras ya habían sido descubiertas por los primitivos errantes colonizadores, llagados a través del Estrecho de Bering o bien navegando por el Océano Pacífico en rústicas embarcaciones, procedentes de las Islas Polinesias para habitar este lugar y también por el descubierto dato de aquellos aventureros nórdicos europeos, que en sus andanzas llegaron hasta estas tierras.

    Con todo, el momento detonante, con tintes de tragedia y esperanza, quedó plasmado, para bien o para mal, con el momento de la llegada del ilustre navegante de origen genovés, quien, en una etapa de ya renacimiento cultural, buscando una ruta comercial para el antiguo mundo europeo y por un error conceptual llegó a estas tierras, creyendo haber llegado a un lugar donde imperaba la cultura oriental, conocido como la India, por lo cual a los habitantes se les denominó, después de manera peyorativa, como los indios.

    El mutuo encuentro, a pesar de las circunstancias, fue enriquecedor para ambas culturas, con una compartida retroalimentación.

    En 1913, Faustino Rodríguez-San Pedro, fungiendo como presidente de la Unión Iberoamericana, estableció la celebración de la unidad de España con Latinoamérica, originalmente con el nombre de Fiesta de la Raza, el cual, en 1915 se le cambiaría por el de Día de la Raza. Esta celebración, por decreto del monarca Alfonso XIII, se convirtió en fiesta nacional para España el 15 de junio de 1918.

    En la década de los años 20 del siglo pasado, Zacarías Vizcarra y Arana, quien después sería Obispo Auxiliar de Toledo, España, en una anterior estancia en Argentina, concibiendo una hermandad de los pueblos iberoamericanos con España, propuso el término Día de la Hispanidad, el cual se hizo oficial el 10 de enero de 1958.

    Finalmente, la celebración del 12 de octubre, con la polémica en cuanto a su semántica, nos evoca el acontecimiento ocurrido en 1492, en el cual concurrieron diversas circunstancias, nos hace referencia del origen del nacimiento de una nueva raza, producto de la fusión del mestizaje, tanto en lo racial, como en lo cultural, en un lugar que algunos llamarían el Continente de la Esperanza.

    “12 de octubre, Día de la Hispanidad. Encuentro trascendental de dos culturas, desarrolladas en diferentes espacios, con resultados enriquecedores para ambas, aun cuando el momento de la reunión haya estado presente el estigma de lo bélico y el afán de dominio”.