"Trastornados de película"

"Hoy se estrena en la televisión por cable "Bates Motel", la precuela de "Psicosis", un clásico de Alfred Hitchcock"
14/11/2015 09:03

    MÉXICO (UNIV)._ Hoy llega a la televisión una mente psicótica. Se trata de Norman Bates (Freddie Highmore), el temido personaje de "Psicosis", la obra maestra dirigida por Alfred Hitchcocok y que ahora será el "anfitrión" en la serie de televisión Bates Motel, que se estrena por Universal Channel a las 21:00 horas. 

    Norman refrenda así que su rostro forma parte de una memoria colectiva en la que caben muchos otros asesinos seriales de películas. 

    "Son personajes atractivos para el público y una especie de antihéroes, porque tienen fascinación. Se les puede condenar por sus actos, pero luego entras en la convención y provocan miedo, porque entiendes cómo pueden seducir a los otros", explicó Óscar Uriel, crítico y productor de cine.

    Psicóticos inolvidables
    Uno de los filmes más recordados es el dirigido por Stanley Kubrick y protagonizado por Malcolm McDowell, adaptación de una novela escrita por Anthony Burgess. Nominada a cuatro premios Óscar, La Naranja Mecánica (1971) causó controversia desde su exhibición, por lo que en su reestreno se cortaron 30 segundos. 

    Esta película de culto muestra una visión futurista de Inglaterra, en donde el personaje de McDowell (Alex DeLargue) gusta de la música de Beethoven, el sexo y la violencia. 

    "Es uno de los trabajos de actuación más interesantes; seguramente para los actores debe ser muy rico el proceso de acercamiento a esos personajes. Los actores más profesionales no nada más ven videos donde de personas con esa enfermedad, sino que buscan entender de dónde proviene", mencionó Arturo Aguilar, crítico de cine en Efecto TV.
     
    Así fue el caso de McDowell. Para la recreación, el actor utilizó una pestaña postiza, tuvo un accidente en la córnea y quedó temporalmente ciego. 

    Esta es la razón por la que en una de las escenas finales más importantes utilizaron a un doctor real para que le pusiera solución. De igual forma, tuvo las costillas fracturadas y casi se ahoga en la escena donde es sumergido. 

    "Deben ser buenos actores, porque son personajes que requieren intérpretes capaces de mostrar contradicciones y ambivalencias. Al interpretar corres mucho riesgo porque puedes sobreactuar", dijo Uriel. 

    La herencia de 'Psicosis'
    El Alex DeLargue de La Naranja Mecánica no es el único temor que ha infundado Stanley Kubrick. Jack Nicholson apareció en El Resplandor (1980) encarnando a Jack Torrance, quien empieza a sufrir trastornos de personalidad en un solitario hotel donde trabaja acompañado de su familia. 

    Basado en la novela de Stephen King, cuenta con dos versiones en su final; uno de ellos fue retirado de las salas. 

    Aunque en un principio no tuvo tan buena recepción, se ha convertido en un clásico a partir de la escena en la que Jack Torrance destruye una puerta del hotel con una hacha y luego asoma su rostro psicótico. 

    Para el papel principal se había pensado en otros actores, como Robert DeNiro, Harrison Ford, Robbie Williams, Michael Moriarty e incluso Martin Sheen, por la preocupación de quién entendería mejor la psicología del personaje. 

    El origen de todos estos personajes muy probablemente se halla en el ejemplo del Norman Bates de Psicósis (1960), dirigida por Alfred Hitchcock. 

    Está basado en la novela de Robert Bloch, que supone los crímenes del asesino en serie llamado Ed Gein. Además de conseguir cuatro nominaciones al Óscar, Psicosis es ahora un clásico del cine de suspenso. 

    Para Anthony Perkins, su personaje de Norman Bates le llevó al reconocimiento: después protagonizó la precuela y la secuela, y dirigió Psicosis III; pero así como alcanzó el éxito nunca pudo librarse del personaje, por lo que siguió concediendo rasgos neuróticos a sus proyectos posteriores. Y cómo él, la escena de la bañera ha logrado la posteridad. 

    Para su creación fueron necesarios 50 planos con unos 78 ángulos: 

    "En su tiempo fueron riesgos, nadie aseguraba nada. Eran apuestas y eso es lo que celebras como espectador, que hubo actores valientes para hacer algo nunca visto", dice Uriel. 

    Una chica en escena
    En el caso de personajes psicóticos, el cine se convierte en vehículo afín. Ejemplos sobran, desde los clásicos hasta Freddy Krueger, Sweeney Todd o Carrie, interpretado por Sissy Spacek, una de las mujeres con más dramatismo en la historia de este tipo de filmes. 

    "Es fascinante, es una víctima de su madre y del bullying; en el momento que Stephen King lo escribió no estaba tan etiquetada esa conducta social que determina una personalidad. Es claro ejemplo de lo que provoca el bullying en una preparatoriana", refiere el crítico Arturo Aguilar. 

    Estos proyectos requieren un aspecto en los actores. 

    "Que no sean atractivos bajo los esquemas sociales, particularidades que ayuden a que las caracterizaciones sean memorables", dice Uriel. 

    Le hablan al espectador
    Robert DeNiro había actuado para Taxi Driver (1976) interpretando a Travis Brickle, un ex combatiente inestable que trabaja como taxista de noche. El filme, dirigido por Martin Scorsese, obtuvo cuatro nominaciones al Óscar, pese a su presupuesto de 1.5 millones de dólares. 

    Dustin Hoffman habría rechazado el papel que hizo famosa a la frase "¿Estás hablando conmigo?", improvisada por DeNiro, quien trabajó como taxista nocturno y visitó a lobos en zoológicos para meterse a su personaje. 

    "Es el clásico pero, más que el personaje psicótico, es la película y la propuesta de Scorsese y este retrato de Nueva York. Es un personaje llevado por la misma soledad en una ciudad de ese tamaño y con el anonimato con el que se vive", argumenta Uriel. 

    Más adelante protagonizó Cabo de miedo (1991) con Scorsese (basada en una novela de John MacDonald). El actor fue a un dentista para darle aspecto maltratado a sus dientes, se hizo tatuajes con tinta vegetal, aumentó su musculatura y dejaba mensajes en la casa del director haciendo la voz de Max Cady. 

    Nace un clásico
    También en 1991 dejaría huella El silencio de los inocentes, basada en la novela escrita en 1988 por Thomas Harris.
    Se convirtió en la tercera película en obtener los cinco principales premios Óscar a los que estuvo nominada, comenzando con el que interpretó Anthony Hopkins. Diez años más tarde saldría a la luz su secuela, Hannibal, también adaptada de un libro y con el mismo Hopkins en el papel de Hannibal Lecter. 

    "El atractivo de los personajes del psicópata o enfermo mental es que retratan el lado oscuro de nosotros mismos", opina el crítico Arturo Aguilar. 

    "Todos sabemos que parte de nuestra naturaleza es tener estos abruptos medio animales y los experimentamos en diferentes medidas, estamos socialmente educados para saber controlarlos pero es ver la vida a través de los ojos de quienes se atreven a saltarse la barda".