"Un 'paseo' por Latinoamérica"
Un recorrido sonoro por Latinoamérica, desde la Patagonia hasta el altiplano de la Ciudad de México, pasando por la pampa, los Andes, la amazonia, los valles venezolanos y ecuatorianos y el azul turquesa de las playas de La Habana, ofreció el violinista Héctor Olvera, acompañado al piano por Miguel Rivera, en el concierto Del Águila al Cóndor.
Con este recital, celebrado en el Teatro Ángela Peralta, el Club Rotario Maza-tlán inició su celebración de 85 años de estar desarrollando una labor altruista en el puerto, anunciaron antes del inicio del concierto el Presidente de este grupo social, José Manuel Magallón y Mario Arturo Huerta.
El paseo por los sonidos latinoamericanos inició cuando los dos músicos abordaron Siboney, famosa canción del cubano Ernesto Lecuona, que por su popularidad arrancó una expresión de aceptación del público cuando se escucharon los primeros compases de la pieza. También de la Isla del Caribe se interpretó La Paloma, de Yradiér.
De las playas cubanas el público se trasladó a los llanos venezolanos con las pieza Alma llanera, que sintetiza la alegría de la población campesina del País donde nació Bolívar.
Uno de los momentos más gozosos de la noche lo ofreció el pianista Miguel Rivera, con su interpretación a un piano de Joropo, con la que afrontó acordes que demandaron del intérprete una rapidez en los dedos que sorprendió al público.
De Ecuador tocaron Pasillo, una contradanza ligera, para después pasar a los internacionalmente conocidos tangos argentinos La comparsita y Celos. También del País austral se tocó la melodía campesina característica de la pampa, La riata.
El recorrido terminó con música creada por mexicanos. El maestro Olvera escogió el vals Alejandra, del sinaloense Enrique Mora; Adiós, del culiacanense Alfredo Carrasco; La Rondinella, del compositor jalisciense Gorgonio Cortés y el vals Tristes jardines, de J. J. Martínez.
Del repertorio popular abordó Nunca, de Guty Cárdenas, y Peregrina, de Ricardo Palmerín.
Del repertorio clásico, el violinista y el pianista ofrecieron Danza húngara 5, de Brahms y del repertorio popular internacional la pieza rusa con tintes gitanos, Dos guitarras.
LOS ARTISTAS
* Héctor Olvera inició su carrera artística en Mazatlán, con su padre, que fue el organista de la Catedral de la Inmaculada Concepción en los años 40. Fue solista itinerante de Bellas Artes y miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional entre otras.
*Miguel Rivera es un solista que brilla por el control técnico del piano. Es egresado de la Escuela de Música del Instituto de Cultura de Mazatlán y estudió en la Escuela de Música de Tijuana.
A BENEFICIO
El concierto fue a beneficio de las causas altruistas que desarrolla el Club Rotario Mazatlán en el puerto.