"Trae 'buena fortuna' Goran Petrovic"

Cuando tenía 30 años y había publicado tres libros, Goran Petrovic supo que sería escritor. A diferencia de otros que aseguran que lo decidieron en la infancia, en su caso fue hasta que se dio cuenta de que nunca aprendería a jugar futbol, tocar la batería ni tomar fotos.
"Cuando era niño quería ser muchas cosas, tal vez por eso soy sólo un escritor, porque en la literatura pude hacer de todo eso", compartía.
Así llegó el autor de La Mano de la Buena Fortuna, novela con la cual ganó el premio NIN, uno de los mayores reconocimientos en su país, comparado al Nobel, a la Escuela de Filosofía y Letras de la UAS.
Su aire frío y al mismo tiempo amistoso, que provoca intriga, contrastaba con su buen humor y el amplio anecdotario que compartió a estudiantes, ex alumnos y maestros, que se volcaron en su charla y luego en sus libros. Que se tomaron fotos y pidieron autógrafos.
En el auditorio lo acompañaban el narrador Élmer Mendoza, la académica Elizabeth Moreno y su traductora Dubravka Suznjevic. Sólo hubo dos frases en español que, dijo, era tartamudeante, "Buenas tardes y Felicidades".
Habló de la música, la historia y los personajes que han influido en sus obras, en la segunda visita por México, primera en Sinaloa, en la que presentaba su libro de cuentos Diferencias.
"La gente hace guerra, algunos atacan, otros se defienden, protestan, escriben graffiti, alguna gente toca música, otra escucha, alguna hace artesanía, otras la compra, la gente pasea, para qué entonces una presentación de libros, para qué la literatura, para qué los libros", cuestionaba.
"Hace una semana en Oaxaca se me acercaron un par de niñas de 15 años, con unos cuadernos, me pidieron que les firmara porque su maestra se los pidió como la prueba de haber estado en una presentación de libro, si aquí hay alguien que lo necesita estoy dispuesto a firmarles. Lo que quiero decir es que la palabra es presencia, la literatura y los libros son la prueba de que estamos presentes".
Confesó que tiene personajes en varios libros sin importar que las novelas estuvieran escritas de manera diferente, para conformar un espacio único. "Cuando era joven pensé que sería bonito escribir un Macondo serbio, de la misma manera una Terra nostra serbia, cualquiera que haya tenido mis libros en sus manos se da cuenta que yo estoy tratando un espacio único, común, virtual, en el cual todos nos encontramos de vez en cuando", dijo.
En sus obras, apuntó, se refleja una acústica de la guerra que está más presentes en Diferencias.
"Yo soy un escritor que escucha su voz interior y no la opinión pública, entonces confío más en mi propia sensación de lo que debo hacer, que ciertas leyes de la sociedad, y la música para mí es muy importante", reconoció.
"Con frecuencia escojo lo que voy a escuchar mientras escribo porque influye en la manera que voy a escribir. Cuando quiero un efecto épico, escucho orquesta sinfónicas. Si quiero que algo lírico escucho conciertos de piano, La mano de la buena fortuna fue escrita escuchando óperas".
La charla de Petrovic estuvo llena de bromas, pero él sólo una vez se sonrió, cuando Mendoza le preguntó si era un apasionado de la cocina y cocinero, dado que sus libros están llenos de platillos exquisitos.
"A mí me gusta escuchar los sonidos y los ruidos que vienen de una cocina mientras escribo y muchas veces comparo la tarea de un escritor con la cocina, por ejemplo recoge un fruto, lo pica, etcétera".


GORAN EN FRASES
"Cuando escribo siempre parto de un evento real, por mucho que mis escritos se parezcan a cuantos fantásticos. Por otro lado no hay ni un solo personaje a quien no haya prestado algo de mí mismo, positivo o negativo".

"El libro más importante para mí es el Diccionario de la Lengua Serbia, como seguramente para ustedes lo es el Diccionario de la Lengua Española, las palabras son de lo más importante".

"Un escritor no es una computadora para reiniciarse, todas las experiencias y lecturas quedan acumuladas y guardadas en un espacio y no sabes cuándo se van a activar, todos los temas grandes ya se han utilizado en la antigüedad. amor, odio, pasión".


ANIVERSARIO
Con la charla de Petrovic, la Escuela de Filosofía y Letras de la UAS festejó el 25 aniversario de haber creado la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas. En el acto se entregó reconocimiento a Elizabeth Moreno, su primera directora y a Dina Grijalva, quien no estuvo presente.