"Temía Gabo heredar a Colombia"
Aunque Colombia fue su país natal y México su segunda casa donde vivió sus últimos 53 años, el escritor Gabriel García Márquez desconfió de estas naciones para dejar su herencia literaria de más de 50 años pues sabía que sí sus cosas se quedaban en Colombia corrían el riesgo de perderse, de no ser bien utilizadas, reveló Gabriel Eligio Torres García, sobrino del Nobel de Literatura 1982, difundió larazon.com.mx.
En entrevista con el diario español ABC, Torres dio a conocer que hace 15 años el autor de Cien años de soledad decidió que sus archivos personales los resguardara la Universidad de Texas, tras enterarse que padecía cáncer linfático.
El autor de El coronel no tiene quien le escriba, empaquetó en 40 cajas más de 2 mil cartas, 10 de sus libros, entre ellos el manuscrito de Cien años de soledad, más de 40 álbumes de fotografías, borradores de En agosto nos vemos y una copia mecanografiada de Crónica de una muerte anunciada, entre otros objetos personales.
Decidió guardar el secreto y su sobrino también.
"Él tejió su propia mortaja literaria hace mucho tiempo ya", contó Torres García, a quien hace más de dos décadas, Gabo pidió que guardara el primer borrador de El general en su laberinto, donde describía los últimos días de Simón Bolívar.
"Cuando aterrice en México destruyes ese manuscrito", le ordenó.
Los archivos fueron adquiridos en diciembre pasado por el Centro Harry Ransom de la Universidad de Texas, por 2.2 millones de dólares. Se planea digitalizarlos para que sean consultados.
García Márquez no es el único autor latinoamericano que deja parte de su legado literario en este centro, en 1999 llegaron a Texas cuatro cuadernos escritos de puño y letra por Jorge Luis Borges, textos que dictó a su madre entre 1955 y 1960 -cuando su ceguera le impedía escribir- y el primer borrador de Emma Zunz, su cuento más conocido.
Otro fue el poeta mexicano Octavio Paz. El Centro Harry Ransom conserva documentos manuscritos y mecanografiados, así como ensayos.
PARA SABER
El Centro Harry Ransom se ha distinguido por conservar archivos de importantes escritores como William Faulkner, James Joyce, Samuel Beckett, Ernest Hemingway y John Steinbeck, entre otros.