"Restauran imágenes de niños 'milagrosos'"
MÉXICO (UNIV)._ En México, la imagen del Niño Jesús tiene una profunda veneración y algunas de sus advocaciones son reconocidas como milagrosas; por lo que bajo la premisa de preservar estas figuras de culto, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia efectuaron la restauración de cuatro de esas esculturas que datan de los siglos 17 y 18.
Según un comunicado del INAH, se trata del Niño hallado y el Niño de las suertes considerados "milagrosos", y el Niño esposito y el Niño Agustinito, estos dos últimos forman parte de la vida claustral de las monjas concepcionistas del Convento del Dulce Nombre de María y San Bernardo, que hasta hace poco tuvieron su sede en la colonia Tacubaya y actualmente se encuentran en Santiago Tepalcatlalpan, Xochimilco, en el Distrito Federal, y son desconocidos para los parroquianos.
El objetivo de la restauración
La restauradora Katia Perdigón explicó que el objetivo de la restauración, considerando que son objetos de devoción, es que se encuentren en buen estado y sean dignamente mostrados a los feligreses.
"Se trata de devolver a estas piezas su valor histórico y estilístico, más allá de considerar su importancia dentro de la religiosidad popular, pues cada escultura lleva implícita una serie de cualidades distintas", comentó.
A partir de su tesis doctoral, en la que aborda esta representación de Jesús niño desde los aspectos teológico, histórico, antropológico, estético y de la religiosidad popular, la investigadora de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, presentó este proyecto de carácter interdisciplinario de restauración para poner en valor estas esculturas.
"Lamentablemente muchas de las imágenes milagrosas del Niño Jesús son llevadas a artesanos para su restauración, una de las consecuencias es la pérdida de su historicidad y su parte estética debido a que las repintan o raspan la pintura original para colocar una capa moderna", señaló.
Los cuatro niños Dios son tallas en madera, con medidas que varían de los 30 a los 60 centímetros y guardan posiciones distintas.
El Niño hallado es una escultura de pie; el Niño de las suertes es una representación pasionista (relacionado con la Pasión de Jesús) recostado sobre un cráneo; el Niño Agustinito tiene su propia cuna con símbolos relativos al Cordero Pascual y los sellos del Apocalipsis; mientras el Esposito es la figura de un niño de cuna.
Según un análisis de los materiales y la investigación en historia del arte, el más antiguo de ellos es el Niño Hallado, el cual hizo su aparición en el Siglo 18, pero posiblemente fue manufacturado un siglo antes, no en México, sino en España.
A su vez, el Niño de las Suertes que es motivo de una importante devoción en la actualidad, "apareció" en el Siglo 19, sin embargo su factura es del 18, lo mismo que en el caso de los niños Esposito y Agustinito.
Katia Perdigón explicó que al no ser esculturas de exhibición sino de devoción, su proceso de conservación fue distinto.
"La principal preocupación era asegurar su estabilidad material, trabajar las posibles roturas, fisuras y problemas que agreden directamente a la materia, para ello fue necesario conocer primero la constitución de la propia madera y de la capa pictórica", indicó.
"En el caso concreto de las dos imágenes expuestas a los feligreses, el Niño Hallado y el Niño de las Suertes, se hizo un diseño específico para su seguridad y evitar caídas. Al primero se le diseñó un soporte debido a que está parado; mientras que en el caso del Niño de las Suertes, debido a que su problema está en su estructura interna, ahora su cama tiene un sistema anatómico".
Tras el levantamiento de datos y el análisis de materiales, se realizó la limpieza de cada una de las imágenes de Niño Dios, también se consolidaron grietas, fisuras y escamas, y se reintegró el color en zonas muy específicas.
"Aunque las cuatro esculturas recibieron numerosos repintes, hubo algunos que se dejaron debido a que están referidos en documentos históricos, como es el caso de algunas manchas que presenta el Niño Hallado".
LOS TRABAJOS Entre las obras realizadas por los especialistas se encuentra la limpieza y conservación de algunas indumentarias del Niño de las Suertes, que datan de los siglos 18, 19 y 20, las cuales poseen brocados, terciopelos, sedas, y bordados en oro y plata. Además se atendieron roturas y faltantes.