"'Muerta por dentro, pero de pie'"
"Muerta por dentro, pero de pie, como los árboles", es una frase con la que se identifica a la primera actriz Ofelia Guilmain (q.e.p. d.), quien hizo famosa en México, en los años 80, la obra de teatro de Alejandro Casona Los árboles mueren de pie.
La actriz Susana Alexander y el director Roberto D´Amico reunieron sus talentos para hacer un homenaje a la actriz con el remontaje de esta obra clásica escrita en 1949, con la que salieron de gira por México y la montaron en Mazatlán el miércoles pasado.
Es una obra que se convirtió en clásica y le ha dado oportunidad a grandes actrices de brillar en los escenarios por la exigencia del personaje principal, La abuela que representa la fortaleza del ser humano que, como los grandes árboles, se puede sobreponer a cualquier desgracia, pero también tiene capacidad de ser sombra que protege, caricia que reconforta y amor inconmensurable.
En Los árboles mueren de pie la fuerza actoral de Susana Alexander es moldeada por la profunda experiencia teatral del director y actor Roberto D`Amico, que le otorga a la obra una calidad pocas veces vista en teatro comercial en México.
Gracias a ellos los mazatlecos tuvieron la oportunidad de ver una puesta en escena de primer nivel, en donde los personajes crearon una realidad paralela con la que introdujeron y emocionaron a un público agradecido.
La propuesta es un drama con toques de comedia, una hombre de edad (Roberto D`Amico) busca apoyo en una oficina de beneficencia pública para el alma, quiere que le ayuden a mantener una mentira piadosa, con la que ha mantenido el ánimo de La abuela (Susana Alexander): el regreso del nieto descarriado, al que corrió El abuelo hace 20 años por dedicarse a la delincuencia.
El hombre de edad inventó una serie de cartas en las que el nieto le contaba a su abuela de sus éxitos, de su matrimonio y de su luminosa vida en Canadá. Lleva a un nieto sustituto (Mauricio Islas) a la casa familiar con su supuesta esposa (Edith González), para que la abuela siga alimentando su felicidad con la imagen de un nieto prodigo.
Las cosas se complican cuando regresa el nieto verdadero (Sergio Mayer) y se presenta en la casa para exigir una fuerte cantidad de dinero, chantajea al abuelo y amenaza con contarle todo a la anciana.
La primera parte de la obra presenta a una abuela apapachadora, ingeniosa y llena de humor, una mujer de valores tradicionales, comprensiva y protectora.
Susana Alexander se contiene, llega a un equilibrio actoral que hace real a su personaje, Roberto D`Amico mantiene la energía en el escenario y logra que los otros actores sostengan el tono y enganchen a los espectadores en la trama.
Alexander arriba a los últimos momentos de la obra envuelta en un halo de fortaleza, teje la frase memorable de la obra, pronuncia lentamente las primeras palabras, robustece pausadamente la parte central de la oración y como una estocada da el remate para que la puesta en escena llegue al clímax, conecte con el público y consiga aplausos de pie.
DESTACAN
La calidad actoral de Susana Alexander y la dirección de Roberto D´Amico construyen una propuesta de calidad pocas veces vistas en el teatro comercial.