1) Para saber

    “Los antiguos llamaron belleza al florecimiento de la virtud” (Ralph Emerson). Si la virtud embellece, podemos imaginar qué maravilloso sería si en una persona se dieran todas las virtudes en grado máximo. Lo asombroso es que sí ha sucedido en una mujer: en la Santísima Virgen María. Al concluir las reflexiones sobre las virtudes, el Papa Francisco nos invita a mirar a María, y aprender de ella cada una de las virtudes. Para ello nos puede ayudar la lectura del Evangelio donde en pocas líneas resalta su actitud virtuosa ante acontecimientos tan distintos como el Nacimiento de su Hijo o su Crucifixión.

    Se cumplen en Ella las palabras del escritor francés Paul Dietrich: “Una joven bella y virtuosa es el objeto más hermoso que la naturaleza puede ofrecer a nuestra vista”. Mirando a María hallamos un modelo de vida incomparable, pues Dios nos ha dado su ejemplo, para que sea nuestra salvación y felicidad.

    2) Para pensar

    Abraham Tagit Sorang realizó una gran hazaña a sus 24 años de edad al escalar la cima más alta del mundo, el monte Everest. Fue una noticia, no solo por ser el más joven de su región de la India en realizarlo, sino porque plantó sobre la cima una estatuilla de la Virgen María junto a un rosario, en el mes de mayo, mes de María.

    Aunque sus padres eran bautistas, Abraham declaró: “Sentí un fuerte llamado a ser católico y me uní a la Iglesia Católica... Desde que murió mi madre siendo niño, la Virgen se convirtió en mi mamá. Siempre llevo conmigo el rosario y una imagen de la Virgen en cada expedición”. Su sueño era escalar el Everest y nunca perdió la esperanza de lograrlo, a pesar de muchas dificultades, no solo por el entrenamiento físico, sino porque no podía costear la expedición. Se preparó cuatro años y superó las dificultades. Debido a las inclemencias meteorológicas, la mayoría de alpinistas no continuaron e incluso el guía del grupo lo consideraba muy peligroso. Abraham sabía que otro viaje sería imposible. Rezó el Rosario y leyó la Biblia. El clima mejoró y llegaron a la cima en la fiesta de la Visitación de María. Dio gracias a Dios prometiendo entregar su vida al Señor. Abraham está feliz de haber realizado su sueño, pero dice querer alcanzar una montaña más difícil de escalar: la santidad.

    3) Para vivir

    Entre las virtudes de la Virgen María, resalta su humildad: “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu Palabra” (Lc 1, 38). O la vemos en su cántico ante su prima santa Isabel: “Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava” (Lc 1, 46-48). No sólo fueron palabras, sino que lo mostró con sus obras al ayudar y servir a su prima. Nunca se jactó de ser Madre de Dios. Una lección para el mundo, en que parece una carrera para aparentar y demostrarse superior a los demás, afirma el Papa Francisco.

    María es modelo de fe, esperanza y amor: su fe la sostiene en la Crucifixión; con su esperanza reúne a los discípulos para esperar al Espíritu Santo; derramó amor y ternura, a su Hijo, entregándole su corazón fiel y generoso. María, Madre del buen consejo, nos enseña y ayuda a confiar y esperar en Dios en toda ocasión y a vivir el amor al prójimo. (articulosdog@gmail.com)

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