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Columna

La luz no entra

    Se posaron los fantasmas

    con esa oscuridad que aterra

    por cegar la vida,

    la luz no entra en mis ojos,

    la ventana calla

    y en color morado

    el tiempo se desliza por la carne,

    el viento frío acaricia

    a los huesos que tiritan.

    Sobreviviré a esta noche.

    El día se llevó lo más terrible

    y me dejó para quejarme

    solo el grave lamento de

    ”Ayúdame, madre mía” .

    ¿Cuántos días más?

    El cuerpo se debilita,

    el alma se cansa.

    Solo tú, Señora, sabes si es mi final.