"La antorcha olímpica recorre Buenos Aires con mayor seguridad y ante pocas protestas"
BUENOS AIRES (AP) _ Como en una función de gala, la antorcha olímpica se paseó ayer en forma triunfal por las calles de la capital argentina, bañada por papeles arrojados desde balcones en señal de saludo y halagada por flores lanzadas por pacíficos opositores para desearle buenos augurios a los juegos de Beijing.
Dejando detrás una estela de oro, el paso de la llama fue recibido en general con mucha euforia por millares de argentinos, en medio de algunas decenas de opositores al gobierno chino que abucheaban pero sin generar incidentes y en abrumadora minoría.
Finalizado el maratón de unas tres horas y tras actos protocolares, la antorcha fue llevada por la seguridad a un lugar secreto, tal como es usual, y se aprestaba a viajar hacia Tanzania.
La antorcha fue vigilada por unos 5.600 agentes de la seguridad argentinos, entre los cuales se encontraban oficiales chinos vestidos con buzos azules, que acompañaron a los portadores de la antorcha en Londres y París, donde caóticas protestas interrumpieron el relevo.
Durante la ceremonia de arranque, el primer relevista tomó la antorcha de manos del alcalde de la ciudad Mauricio Macri, la elevó sobre la cabeza y empezó a correr, a la par de agentes de seguridad que no le perdían pisada.
La antorcha recorrió lugares emblemáticos de la ciudad, como el Obelisco y la Casa de Gobierno.
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La ex tenista argenttina Gabriela Sabatini enciende la Antocha olímipica durante su recorrido por Buenos Aires.
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LOS INCIDENTES
Poco antes un grupo de opositores al gobierno chino se paseó por las calles de Buenos Aires, como forma de protesta pacífica que antecedió a la salida de la antorcha olímpica.
Ataviados con túnicas rojas y blancas, unos 25 activistas marcharon con su propia ``Antorcha de los derechos humanos´´ en la capital argentina, en lo que fue una contra manifestación en nombre del movimiento espiritual Falung Gong, que está prohibido en China.
Organizaciones de derechos humanos o que discrepan con la política china dijeron que tenían preparado un arsenal de protestas pacíficas, pero no violentas.