Mi niñez corrió paralela a la corriente del río
se fue cantando entre los sauces
canciones de la infancia.
bailé bajo la lluvia
y me salpicó el lodo
al brincar por los charcos
y atrapar sanguijuelas
surqué los cielos como cocochita
para divisar el mundo urbano
que me esperaba.
Con vestidos nuevos
festejé los días treinta
de todos los abriles
con betún de pastel
untado en la cara
una bolsa de dulces
y el abrazo de la maestra.
Sin brincolines
sin ipad
sin celulares
ni fotos en el Facebook
solo con la orquesta de los pájaros
la danza de las hojas de los árboles
y el ritmo armonioso del agua zarca
corriendo en los veneros.
El Sol me daba brillo
y la Luna todos mis sueños.