"Entre nopales y tallas de madera"
La sala principal de exposiciones del Museo Arqueológico de Mazatlán es un jardín de nopales adornado con una decena de pantalones de mezclilla intervenidos con pintura y aplicaciones de tela.
También ahí se encuentra un bosque de tallas en madera de mediano formato, que remiten a los espectadores a los ídolos de los antiguos pobladores prehispánicos de Sinaloa.
Las obras realizadas en hojas de nopal y la instalación de pantalones son del artista visual culiacanense Guadalupe Castro, mejor conocido en el medio artístico como Lopus Diarakato, y las reveladoras tallas en madera son de su padre, el tallador de madera Ramón Castro.
La entrada exterior del museo está custodiada por una serie de macetas con nopales hoja de elefante heridos y tatuados por Lopus. Es una original propuesta de este creador plástico que utiliza la planta que es símbolo de México para construir esculturas vivas.
Lopus rebana, corta, hiere los cactus y deja que el tiempo consolide su obra, que la hoja tierna de nopal sobre la que interviene tome las consistencia de la corteza de un árbol y se conviertan en escultura permanente.
La exposición está armada con una serie de fotografías de las piezas más logradas de Lopus Diarakato, que ha estado trabajando en este proyecto en los últimos 10 años.
Aderezan la expo de esculturas viviente y fotografías una instalación de pantalones intervenidos por el artista con pintura que recuerdan las figuras de las cerámicas tahues y totorames.
Lopus señaló que los pantalones significan las ropas de guerreros que quedaron en el camino, como los mojados que mueren intentando cruzar la frontera y dejan sus prendas vacías, son huellas de emociones, cuerpos, sensaciones y experiencias de seres y almas que desaparecieron.
La inauguración de la exposición Visión y vestigio se realizó con un performance en el que el autor fue el protagonista, quien se vistió como Chamán Tahue.
Un padre tallador de madera
Lopus Diarakato reveló que su padre, Ramón Castro, dedicó los últimos cinco años de su vida, en la segunda mitad del los años 70 del Siglo pasado, a la talla en madera de deidades realizadas como evocaciones de deidades prehispánicas. El artista dijo que su padre se las dejó todas a él y eran un centenar de piezas que se han perdido en el tiempo en las diferentes exposiciones en las que las ha presentado.
Las tallas tienen la fuerza que la honestidad otorga a las piezas.
Es evidente que Ramón Castro tenía la intuición para conseguir las proporciones equilibradas, las formas, la distribución de colores, puntos e incrustación de conchas que hacen que su obra signifique un descubrimiento de un artista que realizó una obra original y con valor artístico.
En el Museo Arqueológico están colocadas en montones de 10, que impiden apreciar en su plenitud las piezas más logradas, entre ellas, una serpiente tachonada con conchas de mar y pintada con un sentido del equilibrio que consigue sorprender al espectador.
EN CORTO
n"Visión y vestigio" contiene la obra del artista plástico "Lopus Diarakato" y las tallas en madera de su padre, Ramón Castro.
nLopus Diarakato es el nombre artístico del culiacanense Guadalupe Castro, quien lleva 10 años trabajando esculturas vivas realizadas en nopales penca oreja de elefante, que le permite hacer cortes e incisiones sin romper la estructura principal de la planta.
