"Enriquecen la biodiversidad"
Con un acervo de más de mil especies de plantas y 19 colecciones, el Jardín Botánico de Culiacán ha contribuido a enriquecer el conocimiento y el amor a la biodiversidad en Culiacán, expresó Érika Pagaza Calderón.
La curadora de este Jardín participó en una conferencia del programa Huellas en la Historia de Sinaloa que organizó la Biblioteca Pública Estatal Gilberto Owen del Instituto Sinaloense.
La especialista habló sobre el tema El Jardín Botánico de Culiacán y su impacto en la sociedad, y dijo que este espacio ecológico nace en diciembre de 1986, como respuesta a una iniciativa del Ing. Carlos Murillo Depraect, botánico de afición, de hacer de este inmenso predio urbano, propiedad del Gobierno del Estado, un área verde para la ciudad.
El sueño se realizó con la donación de la colección personal de plantas del Ing. Murillo. Desde entonces, el fundador llevó a cabo una ardua labor para la conformación y crecimiento de la colección botánica.
Al mejoramiento de este espacio, se sumaron en 1996 un grupo de empresarios de la ciudad, quienes conformaron la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa, para promover la protección y conservación de la flora y fauna de nuestra región, así como la generación de espacios verdes para mejorar la calidad de vida de nuestra comunidad.
Desde entonces, esa Sociedad opera y administra este maravilloso "museo viviente", que actualmente es un importante actor en los temas de conservación de la biodiversidad y educación ambiental, a nivel local, nacional e internacional, y es considerado el mejor jardín botánico del norte de México, con más de mil diferentes especies de plantas, agrupadas en 19 colecciones.
Precisó que, además de ser un extenso espacio para la preservación de la flora regional, en su interior se exhibe un proyecto de arte contemporáneo que impacta y atrae la atención de los visitantes.
SOBRE LA CONFERENCISTA
La Maestra en Ciencias Érika Pagaza Calderón es Licenciada en Biología y Maestra en Botánica por la Universidad Nacional Autónoma de México y desde hace ocho años tiene la responsabilidad de preservar esta preciada joya de los culiacanenses.