En esta soledad encuentro a la tristeza.
La felicidad no habita en ella,
se marchó en vuelo vagabundo,
abrió las compuertas de la presa del olvido,
en una torrencial lluvia
de emociones.
Estoy a la deriva.
Perdí la canoa
con estandarte de corazón.
No hay tiempos que indiquen
el ahora,
el mañana,
el ayer.
