El síndrome del paciente recomendado

    Hoy en día, la salud mental y física se ha convertido en un tema muy importante para todo el mundo. Cada vez más gente busca a un profesional de la salud dispuesto a brindar un servicio personalizado. Según varios estudios, más del 70% de pacientes recurre al sector privado porque, desde su punto de vista, el sistema de salud pública no brinda una atención centrada en el paciente.

    Cuando asistes a una primera sesión, ya sea con el psicólogo o con él médico, es común tener dudas e inquietudes. Al igual que los pacientes hacen preguntas, nosotros también debemos indagar sobre varios aspectos para comprender mejor tu situación, y tu historia de vida.

    Durante este primer contacto, el psicólogo o en el caso de un hospital, el médico tratante también pedirá información, para hacer tu historial y crear tu expediente, como tus datos generales y personales (nombre, edad, profesión, contacto, enfermedades tuyas y de tu familia), todo esto para crear tu historial. Además, explorará áreas de tu vida, como tu familia, relaciones, estudios, hábitos, trabajo y estado emocional, para tener una visión integral del caso.

    De repente a mi consultorio llega gente “de primera vez” , y antes de contestar un pequeño cuestionario de datos generales para conocer un poco al paciente, inician un discurso que, vienen súper recomendados por fulano de tal, o que han tenido muchos y muy valiosos testimonios de mis servicios, que son parientes de tal persona, que no les puedo fallar, que son gente muy importante en la sociedad y que se tienen que reincorporar lo más rápido a su trabajo, que su posición social no les permite andar deprimidos porque de ellos dependen mucha gente, nadie puede saber que asiste a consulta ..... en ese momento paro con ese discurso y le hago saber que siempre doy el mejor servicio, sea quien sea la persona, y les digo que ese discurso no ayuda, al contrario, me siento presionado.

    El “síndrome del recomendado” es un fenómeno que no resulta lejano a los profesionales de la salud. Los pacientes recomendados o vip, frecuentemente imponen estrés extra al psicólogo o al médico tratante. A pesar de nuestro afán de permanecer objetivos, muchas veces nuestro juicio se nubla cuando atendemos a estos pacientes que exigen un trato especial. Habitualmente cambia nuestro comportamiento clínico y esto puede traer consigo más daños que beneficios.

    Las “personas vip” tienen la creencia de que deben recibir atención especial y hasta cierto punto sucede ya que, todo el equipo de salud está pendiente de sus necesidades. Sin embargo, esto no significa que tendrán un cuidado de alto valor o mejores desenlaces.

    El “síndrome del recomendado” sucede cuando nos enfrentamos con un paciente que tiene cierta importancia en la sociedad, los médicos de prestigio, los políticos, o en general las personas con cierto poder económico, o como los artistas. También se extiende a familiares y amigos de gente con influencia importante. Esto, aunque no se quiera, de inmediato nos envían a sesgos en nuestros procesos mentales, que nos llevan a actuar diferente.

    Tanto tiempo dando consulta tanatológica, por supuesto me han tocado los pacientes VIP, en varias ocasiones, como las personas que son figuras de autoridad, sobre todo políticos de alto rango, que están acostumbrados a dar órdenes, y esto en la práctica psicológica puede ser muy difícil que sigan indicaciones adecuadamente o, al menos, las van a cuestionar con dureza, en estos casos debe de ser uno muy inteligente, para llevar a cabo la estrategia sin que se sientan manipulados.

    Recuerdo que leí hace tiempo, un artículo del grupo Sanz Rubiales, que son investigadores españoles, “ el Síndrome del paciente recomendado”, que se produce cuando se pretende llevar a cabo una atención más esmerada y personalizada dentro de un hospital, en personas de mayor renombre o que han sido recomendados por motivos de posición social, fama, parentesco, etc. Y llegan a la conclusión que en estos casos aparecen complicaciones no habituales e imprevistas, muchas de ellas difíciles de explicar. El término es muy utilizado en España, desconociéndose su origen. Su incidencia es incierta pero posiblemente más común de lo que uno cree.

    Una gran cantidad de personas refieren cada vez más, que acudir con frecuencia a terapia psicológica, ya se considera como requisito para llevar una vida sana y feliz, pero para que esto suceda, el paciente debe de permitirse guiar y fluir en el proceso terapéutico, y sobre todo en los hospitales, dejarse tratar de acuerdo a los protocolos que ya se tengan establecidos, y también pedirle a los médicos, que traten a mi familiar como cualquier paciente y no como alguien especial, porque a veces por darles un trato especial, no se les aplican los protocolos establecidos “para no incomodarlos, para que duerman más, para que no se estresen...”