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Columna

El amor y la sabiduría

EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA

    En los albores del ser humano como tal, fue el raciocinio la característica que lo distinguió y con ello el ejercicio de la libertad, un extraordinario don que lo convirtió en amo de su propio destino, capacitándolo para construcción de un mundo mejor y para un dominio de todo lo creado.

    Convertido en un ser pensante el hombre ejerce un liderazgo, convertido en la imagen de su Creador, con el destino a ser un ente protagónico, en la elaboración constructora de una creación cada vez mejor.

    Pero esta libertad, el don supremo de decidir en favor de su propio beneficio, desgraciadamente cayó en un mal uso de la misma, llevándolo a desobedecer a su Creador, lo cual deterioró la perfecta imagen de Dios impresa en él, llevándolo a una nefasta opción de no buscar el bien, sino el mal, para su propia perdición.

    La Sabiduría, virtud inherente al mismo Dios Creador, es principio y fuente, de donde, nace la gran obra de la creación en todos sus grados, hasta culminar en el mismo ser humano, quien, al reconocerla como parte del entramado divino, dándole la oportunidad de conectarse, el mismo, con la divinidad.

    En Dios, el hombre descubrió, está la residencia de la Sabiduría, creadora del universo y quienes no caminan dentro del sendero tortuoso de la maldad, caminan en Él y él en ellos, pues la Sabiduría, esencia divina, ama al ser humano, complaciéndose en su desarrollo y quien la busca esta las manos protectoras de Dios.

    Derramada, la Sabiduría, sombre el ser humano, se convierte en un torrente capaz de inundar el mundo, con amor y desde el amor, pues el amor es el otro elemento constitutivo de la esencia divina y quien vive en el amor, vive en Dios y Dios en él, ya que Él es Amor, según la definición dada por el apóstol y evangelista san Juan. El Amor y la Sabiduría, se vislumbran en el amanecer del ser humano, para encontrar así el sendero que guíe sus pasos en su caminar por este mundo.

    El hombre descubre el amor y lo encuentra para su búsqueda del sentido de su paso por este mundo, Pablo lo llamara Caridad; llevándolo a amarse a sí mismo, amando a los demás, encontrando en él la otra esencia divina.

    Pero el Amor entraña también el dolor para redimir las consecuencias resultantes de la desobediencia, para poder así seguir el camino trazado por Dios El Amor y la Sabiduría, guían al hombre sensato y prudente hacia un horizonte común, dándole el título de: La Filosofía.