"Del barroco al Siglo 20"
MAZATLÁN._ Por un viaje de cinco siglos de música llevó el pianista veracruzano Juan Pablo Villegas al auditorio que llenó el salón de conciertos de la Casa Haas.
El pianista es el padre de otro gran músico, Daniél Villegas (qepd), que dejó una huella y una herencia cultural importante para el puerto al ser el fundador del Coro Guillermo Sarabia, que ha llevado el nombre de Mazatlán a festivales de Sonoro, Durango y el Cervantino en Guanajuato.
Juan Pablo Villegas ofreció en la plenitud de su carrera como concertista recitales en el Palacio de Bellas Artes, bajo la batuta de directores de la talla de Eduardo Mata, uno de los más célebres en la historia musical de México y Blas Galindo, uno de los compositores que consolidaron el nacionalismo en la música.
El paseo por los diferentes periodos musicales fue cronológico. Arrancó con dos sonatas de Doménico Scarlati, que muestran la seductora forma del contrapunto, una novedad que en el Siglo 17 revolucionó y catapultó la música por senderos que permitieron un desarrollo acelerado, además de ofrecer algunos de los obras sonoras que irremediablemente le ofrecen placer al escucha.
La intensa energía que transmiten las obras de Joan Sebastian Bach se hicieron presentes con una de sus cantatas y el Preludio en La.
El pianista, con una técnica adquirida en muchos años dedicados al estudio del piano, abordó la complejidad de la obra de Mozart, de quien tocó Variaciones sobre un tema infantil.
Reveló que uno de sus periodos favoritos es el Romanticismo y luego habló del virtuosismo técnico que el pianista debe tener para abordar plenamente la obra de Federico Chopin, para después sorprender a l publico con su interpretación del Nocturno 9 y la Polonesa 2.
En cada una de las piezas, el músico jarocho explicó, con generosidad y con un suave sentido pedagógico, algunas de las cualidades de los autores a los que interpretó, sus aportaciones a la música universal, su temperamento, la riqueza sonora de la obra que iban a escuchar y algunas anécdotas alrededor de la creación de la obra.
El pianista siguió con el periodo romántico, tocó a uno de sus máximos exponentes Franz Liszt y dejo que cayeran sobre los oídos del auditorio las notas de la partitura de la obra Un suspiro, con la que se creó una atmósfera etérea que dejaba traslucir emociones de paz.
Evidenció frente al auditorio su admiración por Manuel M. Ponce. Mencionó que fue un músico que empieza a ser valorado en su verdadera magnitud, y respaldó esa afirmación interpretando el Preludio y fuga para la mano izquierda, con la que dijo, puso en evidencia sus investigaciones en las obras de los compositores que trasformaron la música en el Siglo 20.
HOMENAJEA A RICARDO CASTRO
Villegas terminó con un homenaje al compositor de Durgano Ricardo Castro, de quien dijo que fue un hombre de su tiempo, porque representó el clima apacible y aterciopelado de la aristocracia Porfiriana.