Sembré semillas
con cantos de silencio
y ahora el silencio
es todo tuyo
trepó por el tallo
de tu cuerpo
se extendió en las ramas
de tus brazos
y en el follaje gris
de tus cabellos.
Ahora acaricias
la profundidad del sueño
en tu cansancio
que se mece suave
en la hamaca de la noche
en relojes que anidan
la tranquilidad del alma
elevada al cielo.
Descansas en medio de
silencios totales
donde la nada es nada
y la palabra muda
se atora en la garganta
porque no me toca.
Duermes bajo la sombra
de tu árbol en invierno
y tus hojas me están cayendo
como clavos sobre el cuerpo.