|
Columna

Antes de la boda, pensar

EDUCACIÓN EN LA FAMILIA

    Al rato comienza la temporada de bodas, es decir el jaleo de la preparación del evento y se afanan y corren y gastan y claro que es un momento muy importante en la vida de las personas que se lanzan a esa aventura, pero de nada sirve el gasto y el trajín y las discusiones si más bien pronto que tarde terminan en romper.

    Antes de decir sí acepto hay que hablar de las cosas importantes, porque en el noviazgo se habla de muchas cosas con el afán de conquistar no con afán de conocerse y sobre todo los temas importantes del día a día, que luego van minando la relación, todo por no hablar de esos puntos que a lo mejor dan pena, pensando que podría hacernos ver mal.

    Hablar de lo que esperamos que sea la familia y cómo lograrlo, hijos- los dos quieren o los dos no quieren y cuando o uno si otro no, familia política y como marcarles límites y cuales sin ser groseros, como se organizara el trabajo del hogar, no sea que alguno piense en el matrimonio para tener quien le atienda, increíble pero se dan casos, en fin todas esas cosas que para cada uno son importantes, y una muy importante por ser la mayor causa de divorcio son las finanzas.

    El dinero es una de las primeras causas de discusiones y ruptura en los esposos y se vuelve crítica en cuanto que el presupuesto familiar es difícil equilibrar, hay que gestionar mejor el gasto y sin discutir, en tiempos de crisis puede resultar muy difícil, y tiene que hablarse no importa cuál sea la situación económica, todos tenemos habilidades para una cosa u otra entonces que se encargue de las finanzas quien sea más hábil para eso, pero no puede ser sin ponerse de acuerdo primero en cuáles son los medios con que se cuenta y cuáles son los gastos a que se enfrentan y cuáles las prioridades, y prioridad es decidir entre los dos los rubros y porcentajes para cada uno y mantenerse firmes.

    Renta, gas, electricidad, salud, seguros, transporte o gasolina y taller, empleada del hogar si es el caso, internet, teléfono, esparcimiento, banco y tarjetas etcétera pero muy importante ahorro que no debe faltar. Pasar la vida en números rojos sin que ninguno se haga responsable, porque comidas fuera y compras sin plan solo por ir a tiendas a ver que ves y siempre comprar algo, es irresponsable es despilfarro.

    Es decir que si es necesario hay que tener en cuenta las necesidades personales pero dentro del presupuesto asignado para eso sin salirse de él, lo que se ocupa es un plan de vida a largo plazo y revisión anual del presupuesto, pero comenzar desde antes desde novios para que luego no encuentren desacuerdos dolorosos, es decir aprovechar el deseo de prestarse atención mutuamente que se da en el noviazgo para planificar mínimamente su futuro financiero, deberán también plantearse personalmente preguntas fundamentales sobre sus sueños y temores, con los pies sobre la tierra y la mirada en el futuro, porque soñar es fácil pero debe ir acompañado de realidades y compromisos.

    Qué clase de familia queremos, y a que tenemos que comprometernos para lograrla, cuáles van a ser los valores familiares que se van a vivir y a enseñar, que tipo de vida sueñan tener la de ser o la de aparentar, teniendo en cuenta las respuestas a las pregunta que se hagan compartir sus expectativas para elaborar sus perspectivas de futuro habrá que determinar los objetivos porque lanzarnos al camino sin tener en cuenta a dónde queremos ir y por donde y como llegar seguro no llegamos a ningún lado, hay que poner plazos a corto mediano y largo plazo que ayuden a cumplir sus objetivos.

    Una revisión anual al plan financiero ayudará a reorientar si algo o va bien o surgieron imprevistos, de esta forma aunque no resuelva todas las dificultades ayudará a marcar el camino.

    Resumiendo: Hacer coincidir lo que cada uno valora, porque dos personas que caminan por separado terminan separados, es más saludable tener no solo un fondo conjunto, sino también trazarse los mismos objetivos partiendo desde una visión ordenada sobre el dinero lo que nos lleva a tratarlo como recurso y no como fin en sí mismo para ubicarlo allí donde están nuestros valores, averigüen primero ¿cómo entienden el dinero y qué significa para cada uno? ¿Lo asocian a seguridad, estatus, confort, libertad, control, aceptación, felicidad? ¿Son conscientes de que compartir nuestros recursos financieros es una obligación para construir una cultura de amor? El consumismo es perjudicial para la vida familiar y sin darse cuenta muchas parejas prefieren los bienes materiales al bienestar de su matrimonio e hijos.

    El tema da para mucho, así que luego sigo.