"Amaral, un relámpago en la oscuridad"
Rescatar la obra escrita de Martín Amaral, que con elocuencia hablaba de teatro, música, libros, política, narcocultura, no sólo es un acto de justicia, es recuperar la orografía del olvido una voz inteligente, terca e indeleble, asegura Javier Valdez Cárdenas.
El libro Vuelo libre, que en dos tomos reúne artículos de Amaral, a los que se suman colaboraciones tanto de Valdez Cárdenas como de Héctor Mendieta, Ernesto Diezmartínez, Alfonso Orejel, Ronaldo González, Carlos Ruiz Acosta y Jesús Ramón Ibarra, será comentado el 4 de septiembre por Juan Villoro y Gerardo Ascencio, en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario.
"Pero también -es una voz- necesaria en tiempos de nubarrones, de vida sin paz, de oscura impunidad y ausencia de políticas culturales que nos ayuden a recuperar lo que somos, nuestra vida pública y restaurar el tejido social", agrega.
El autor de libros como Miss Narco y Levantones platica que por Amaral conoció a Joaquín Sabina, que El hombre de traje gris fue el elepé que escucharon juntos, en un departamento de la Colonia Ignacio Allende (CIA, por sus siglas en inglés), bromea.
"Fue a quien escuché un deslinde claro respecto al narco, la narcocultura y el imperio de fusiles, buchones y balas: ahí, decía, está dictada la política cultural de Sinaloa, ante la ausencia de gobierno", refiere.
"Nadie como Martín para contaminarlo todo de citas de sus autores destacan Cioran y Octavio Paz-, iluminándonos de conocimientos y arrojando luz sobre nuestros túneles. Hablaba de música, de libros, teatro.
Al articulista de Noroeste acaecido en 2011 lo recuerda como promotor cultural, primero en las peñas organizadas por la Universidad Autónoma de Sinaloa y luego en los viernes culturales, durante la administración municipal de Ernesto Millán Escalante.
"Gracias a él conocimos a Real de Catorce y tuvimos a distancia de abeja a Mercedes Sosa, Los Folcloristas, Chalice, Amaury Pérez y otros, en el patio central del Ayuntamiento de Culiacán.
"Y fue más allá, cuando participó en la fundación del semanario Ríodoce, siendo colaborador de Noroeste, y se lanzó al ruedo, en un salto sin red, para apostarle a los fracasos, sabiendo que iba a perder".
El periodista describe a Amaral insumiso, soberbio, sabio y nunca ebrio. Divertido, ocurrente, con esos aires de intelectual que le sentaban bien, agrega, porque era todo un pensador. Lúcido, travieso como niño de primaria y rebelde como joven secundariano.
"Todavía veo su silueta atravesando la plazuela Obregón o la Rosales: manoteando, alimentando el viento, cargando sus libros bajo el brazo, con ese pelo brincando y esas antiparras redondas", expresa Valdez Cárdenas.
"Lo veo postrado en una cama del Hospital Civil, despidiéndose. Yo le había dado uno de mis libros. Sonriente, luminoso, abrazándome con la mirada, erguido y feliz".
4 DE SEPTIEMBRE
20:00 horas._ Presentación de los dos tomos de Vuelo libre, de Martín Amaral, en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario, con comentarios de Juan Villoro y Gerardo Ascencio. Entrada libre.