Pido disculpas a la silla
por dejarme caer en ella,
al caramelo suave que no le permito
que se me derrita en la boca,
a mis estupideces que salpican
como gotas de agua en el cemento,
a ti lector por leer mis nimiedades.
Pido disculpas a la felicidad
por querer aprisionarla siempre,
a las cosas feas que detesto,
a mi primer amor
por darle prioridad al de ahora,
a mis garabatos que yo misma
no les entiendo,
a los hijos que no tuve
por inhibir óvulos y matar espermas.
Que me disculpen todos
por vivir como vivo
con los pies alados,
por la amnesia que sufre mi realidad
para salirme de este mundo
y construir un universo propio.
Pido perdón por todos los olvidos,
por todos los muertos,
por tanta deslealtad en las familias,
por tantas mentiras
que las creí verdades.