Amigo lector de Noroeste, cuántas veces referimos que nos duele el pie y buscamos causas, se hacen medidas para el dolor, y este persiste y más cuando el dolor es en la parte distal (donde inician los dedos), no deja realizar las actividades de la vida diaria, en ocasiones hasta incapacita los movimientos fisiológicos del pie, lo que genera que el individuo busque diferentes automanejos hasta que decide ir al médico.
Pues bien, la metatarsalgia se define como dolor en el antepié, en la zona plantar a la altura de la cabeza de los huesos metatarsianos. Esta patología puede deberse a características anatómicas propias del sujeto, como por ejemplo, la presencia de un hallux valgus o la longitud desproporcionada de algún metatarsiano, además de deformidades congénitas de las cabezas de los metarsianos. También puede ser secundaria a las condiciones que aumentan la carga en la zona del metatarso a través de mecanismos indirectos.
Dentro de las causas que se pueden modificar está el peso, si se toma en cuenta que el peso que cada persona aumenta con la deambulación y este es más cuando se corre, luego entonces tenemos que el peso puede deformar la fisiología propia del pie y al provocar roce, ya sea con el calzado o en el terreno, las cabezas metatarsales pueden ocasionar dolor.
También existen estudios donde se documentan otras causas propias de cada persona, como el exceso de tensión en la musculatura del tríceps sural, el pie equino fijo, la presencia de un pie cavo y cualquier anomalía del retropié que resulte en una sobrecarga del antepié, así como el uso excesivo de calzado muy ajustado en la parte anterior o con tacón. También pude ser traumático, aunque este puede afectar a una o más cabezas de los metatarsianos.
Sintomatología, el síntoma principal es el dolor en la zona plantar anterior del pie pudiendo llegar a causar una “cojera” e impotencia funcional importante en los casos severos, en casos crónicos se puede encontrar a la observación deformaciones, donde estas los más probable es que se presentan por falta de tratamiento.
Diagnóstico, este se realiza por la clínica, donde se debe hacer un análisis general de la marcha, puesto que el origen puede estar en una incorrecta biomecánica. Durante la evaluación del paciente sobre la camilla se debe detectar la tensión de los músculos gastrocnemios, ya sea solos, o en combinación con el músculo sóleo. Deben registrarse los rangos de movimiento pasivos del tobillo, la articulación subastragalina y la articulación del mediopié. Se debe examinar el antepié en busca de hallux valgus y determinar la ubicación de la metatarsalgia, cualquier hiperqueratosis (callos) y cualquier cicatriz de procedimientos quirúrgicos previos. También se indican rayos X, para que una vez que se tenga el diagnóstico, iniciar con el tratamiento.
Tratamiento, el manejo en primer lugar debe ser conservador y si este falla se debe considerar la cirugía. El uso de plantillas que descarguen la zona metatarsal es importante ya que disminuirán el dolor, así como el uso de calzado de punta ancha. La normalización del tono y una buena extensibilidad del tríceps sural son muy importantes. Se habrá de revisar y tratar cualquier disfunción articular o desequilibrio muscular del miembro inferior que pueda estar relacionado con el proceso. El manejo en fisiatría debe ir encaminado a la realización de ejercicio que ayuden a mantener la fisiología de esta parte del antepié, para lo que se indica la electroterapia, crioterapia, ejercicio físico, este ejercicio además de hacerlo en la sesión, el paciente debe continuarlo por su propia cuenta en su domicilio.
La alimentación e hidratación es fundamental como parte del manejo de esta entidad patológica, recordemos que el ser humano, dos terceras partes es agua. La vuelta a la actividad física, en el trabajo o en el deporte, se da cuando el individuo puede hacer el trabajo físico sin dolor y sin medicamento analgésico.