Amigo lector de Noroeste, en la actualidad el manejo de enfermedades y lesiones es tan diferente, que en el pasado, esto se debe al desarrollo tecnológico y avances en la medicina, pero esto tanto en el pasado como en el presente, la finalidad siempre es la misma; la curación, y se tenga una mejor calidad de vida. Del resultado final ya sea de una enfermedad o una lesión el responsable siempre será el paciente, porque la perseverancia y la paciencia junto a los cuidados propios de la patología será la recuperación.
Veamos algo de historia del láser. La palabra láser proviene de la iniciales Linght Ampliation by Stimulated Emisión of Radiation, esto traducido es luz amplificada mediante emisión estimulada de radiación. Es una de las tecnologías incorporadas dentro del amplio espectro de tratamiento a realizar por el fisioterapeuta y es de gran utilidad dentro del tratamiento de diversas patologías que le suceden al deportista. El origen del láser se remonta al Siglo 19, aunque fue hasta el Siglo 20 cuando comenzó su verdadera aplicación médica.
El uso del láser como terapia se le conoce como laserterapia, esto es una radiación láser. La aplicación a nivel terapéutico tiene que ser llevada a cabo por el profesional experto en el manejo de emisiones láser, y tener en cuenta las precauciones a tomar, tanto por parte del terapeuta como por parte del paciente. Dentro de la aparatología con emisiones de rayos láser se tienen diferentes presentaciones como: láser de pie o articulado, láser puntual, láser zonal, láser de barrido, láser de lápiz, láser de pistola.
Efectos biológicos del láser, esta modalidad terapéutica es parte del arsenal con que cuenta el fisioterapeuta en lesiones del sistema músculo esquelético, siendo una terapia que aunque no actúa a gran profundidad, se a comprobado que su eficacia, aparte de actuar en la zona lesionada, también tiene un efecto en cadena a zonas más profundas. La profundidad con que actúa el láser convencional no va más allá de un centímetro, aunque en la actualidad existen emisiones a más de tres centímetros. Un ejemplo con el láser convencional es que si penetra un centímetro el efecto en cadena se puede ver hasta cinco centímetros, por esto la importancia de esta modalidad terapéutica.
El láser ocupa un lugar importante a la hora de la rehabilitación de lesiones, pues va a acelerar la recuperación. Esta modalidad tiene buenos resultados en diversas lesiones de tejido blando, por ejemplo en lesiones de fibras musculares como son las distensiones y roturas, se reportan buenos resultados sean pacientes deportistas de elite como de acciones de la vida diaria. Esto hace que el láser es parte fundamental dentro de la terapéutica en consultorios y clínicas que manejan tratamientos del sistema músculo esquelético.
Es importante se tengan los cuidados preventivos tanto del paciente como del terapeuta, ya que el láser al ser una luz concentrada, puede provocar serios daños en la retina tras una exposición prolongada, se recomienda el uso de lentes o gafas protectoras.
Bien también desde esta columna le invitamos a seguir cuidándose, recuerde “la confianza mata al hombre”, siga las recomendaciones del sector salud. Cuídese que le cuesta.