Lanza FAO herramientas para recarbonizar los suelos

    Lanza la agencia para la agricultura y la alimentación (FAO) una nueva publicación donde presenta estrategias para recarbonizar los suelos en el mundo.

    De acuerdo con la FAO, los suelos saludables son aquellos capaces de sostener la productividad, la diversidad y los servicios ambientales de los ecosistemas terrestres. En los agroecosistemas, la salud del suelo se puede mantener, promover o recuperar mediante la implementación de prácticas de manejo sustentable del suelo, siguiendo los principios técnicos para la gestión sostenible del suelo (FAO, 2017). Su aplicación es específica del sitio y de la práctica, pero debe tener en cuenta el contexto socioeconómico además de las propiedades fisicoquímicas y biológicas del suelo.

    La gestión del carbono orgánico del suelo (COS) siempre ha sido una práctica sostenible de suma importancia en la agricultura, donde el COS es una propiedad clave del suelo que influye en una variedad de funciones del suelo de las que se derivan muchos servicios de los ecosistemas del suelo, que incluyen: producción de biomasa (agricultura y silvicultura); almacenamiento de nutrientes; almacenamiento de agua; filtrado de desechos y contaminantes del agua; proporcionar hábitat para la biodiversidad del suelo; proporcionando almacenamiento de carbono en el suelo que interactúa con el clima de la Tierra y protege el suelo de la erosión al mejorar la estabilidad de los agregados del suelo.

    La gestión de la materia orgánica del suelo (MOS), con entradas y salidas equilibradas y oportunas, también garantiza los ciclos de macro y micronutrientes. Por lo tanto, el COS es uno de los parámetros de calidad del suelo más reconocidos para determinar la salud del suelo y también es un parámetro relativamente fácil de medir en comparación con otros.

    A lo largo de la historia de la humanidad, el COS se ha visto fuertemente afectado por actividades antropogénicas, especialmente en el proceso de conversión de suelos bajo vegetación natural en agroecosistemas desde el inicio de la agricultura, comenzando en el Creciente Fértil hace unos 10, 000 años. El arado de vertedera que voltea la capa superior del suelo (1,100 A.C.), favoreciendo la mineralización de la MOS, y la introducción de fertilizantes (principios del Siglo 20), con la consiguiente pérdida de importancia del manejo de la materia orgánica para proporcionar nutrientes a los cultivos, entro otras actividades que provocaron un agotamiento global del COS en la capa superficial del suelo.

    Se estima que hemos lanzado cantidades considerables de CO2 en la atmósfera causadas por el cambio de uso de la tierra y la agricultura insostenible, así como las prácticas, traducidas en un agotamiento histórico del SOC de 115-154 (promedio de 135). Sin embargo, la tasa de agotamiento del SOC muestra diferentes intensidades en todo el mundo, según el clima, el tipo de suelo, la textura, el contenido inicial de COS, el estado del agua y prácticas de manejo específicas, como el drenaje de humedales. Debido a estos procesos, la disminución del contenido de SOC y las existencias es una de las principales amenazas identificadas en el Informe sobre el estado de los recursos del suelo en el mundo (FAO y ITPS, 2015). A pesar de eso, varias prácticas de manejo del suelo reportadas han demostrado ser beneficiosas con respecto al COS almacenamiento, como por ejemplo la gestión continua de la materia orgánica.

    Este manual es uno de los resultados del documento “Liberar el potencial del carbono orgánico del suelo” (FAO, 2017b), que recoge las conclusiones del Simposio Mundial sobre Carbono del Suelo (GSOC17) celebrado en la FAO. Entre las diferentes declaraciones, este documento recomienda específicamente a “Identificar y especificar los beneficios tangibles a corto y largo plazo para los agricultores de las prácticas de manejo del COS y del secuestro para desencadenar su adopción, e introducir mecanismos para incentivar la adopción de tales prácticas”.

    Está estructurado en tres apartados: prácticas (técnicas de manejo del suelo aplicadas), lugares críticos (comportamiento y dinámica de esos suelos especiales cruciales para el almacenamiento de carbono orgánico) y casos e estudios (que informan sobre prácticas específicas exitosas en contextos determinados).

    El manual se centra en esas prácticas o estudios de caso que mantienen o aumentan el SOC, pero al mismo tiempo informan las compensaciones, los conflictos o sinergias con el resto de calidades y servicios del suelo. Debido a la complejidad de recopilar información completa en cada práctica y a la falta de suficientes experimentos a largo plazo con protocolos de seguimiento completos, hay informes limitados sobre factores como la calidad de la materia orgánica del suelo o mediciones detalladas del flujo de Gases de Efecto Invernadero. De hecho, cualquier práctica destinada a secuestrar carbono como materia orgánica sin una relación Carbono (C)/Nitrógeno (N) adecuada en el suelo o en el material agregado a los suelos puede provocar un aumento de las emisiones de CO2 y/o el agotamiento del N disponible en los suelos. Cada capítulo proporciona información valiosa que se puede utilizar en el futuro de la huella de carbono, el análisis de ciclo de vida y el costo-beneficio en relación con el secuestro de carbón.

    En resumen, este manual es el primer intento de recopilar, en un formato estandarizado, los datos existentes sobre los impactos de las principales prácticas de gestión del suelo sobre el contenido de COS en una amplia gama de entornos, incluidas las ventajas, inconvenientes y limitaciones. Esta revisión exhaustiva también será útil para identificar las lagunas de investigación en la investigación del COS.

    Redacción Omar Ahumada

    Fuente: https://www.fao.org/documents/card/en/c/cb6386en

    FAO. 2017. Recarbonización de los suelos del mundo https://www.fao.org/3/ca6522es/CA6522ES.pdf

    FAO and ITPS. 2021. Recarbonizing global soils – A technical manual of recommended management practices. Volume 1: Introduction and methodology. Rome, FAO. https://doi.org/10.4060/cb6386en