"LA CUARESMA DEBE SER UNA MANIFESTACIÓN DE AMOR"
Padre Amador Campos Serrano
Desde la liturgia del tiempo, el ayuno es una práctica cristiana, pero generalmente su sentido se entiende muy lejano de su real significado y tan solo se interpreta como una análoga repetición de los 40 días de ayuno de Jesús, según el Evangelio, como un ejercicio ascético.
La abstención o el ayuno se pueden parecer, en la práctica, a un equivalente a las dietas para mejorar la figura o, en su caso, para conservar la salud. En estos casos, hay sustitutos utilizados para lograr el mismo resultado, según aquella frase utilizado en algunas dietas, "baje de peso sin dejar de comer". En la liturgia católica también existen sustitutos para conservar la abstinencia.
El azote del hambre, señalado en la literatura del Apocalipsis, ha sido un flagelo a través de la historia, para el cual existen causas naturales, pero también, sobre todo, es consecuencia del egoísmo humano en un desmedido mal uso de los recursos puestos por Dios en nuestras manos.
Somalia, un país del Continente Africano, hoy sufre la tragedia de una guerra despiadada en una desenfrenada búsqueda del poder y con ello, ahí se une otro drama, la de una prolongada sequía, que ya enciende focos de alerta.
A principios de este mes, el gobierno somalí, reconocido solo en una fracción de ese país, dio a conocer este trágico drama, causante ya de un elevado número de muertes, pues en lapso de solo dos días se tienen reportes de 110 decesos, que pueden ir en aumento y esta tragedia amenaza a 5 millones de personas.
Mientras se da esta realidad somalí, en contraste, nosotros nos preguntamos qué podemos comer para cumplir con nuestra abstinencia, pero allá no se tiene nada para suplir el hambre. El gobierno de esa nación solicita la ayuda internacional, incluyendo la de los somalíes que ya han salido de su país y ahora viven en el extranjero
La situación de esta nación es solo una fracción del drama del hambre, pues abarca otros muchos lugares y aún en nuestra patria es una triste realidad en algunas partes. Algo que no podemos de ignorar en nuestro sentir cristiano y nuestras prácticas cuaresmales deben de estar orientadas, no solo a una privación por motivos de ascetismo, sino que es una invitación expresar un amor solidario con aquellos que sufren.
La realidad de un drama con tintes de tragedia no debe de ocultarse con simples declaraciones o con la sola exposición de determinados derechos ideológicos, debe de haber una real visión de una hiriente realidad, no solo por su significado, sino porque atañe a hermanos nuestros muy concretos.
Tampoco se debe buscar refugio en una piedad etérea, pues según la afirmación del apóstol Santiago; "nadie puede decir que ama a Dios, a quien no ve, si no ama a su hermano, a quien sí ve".
La Cuaresma y sus prácticas solo tienen significado en una expresión de amor porque en ella celebramos a un Jesús, quien por amor se entregó por nosotros hasta la muerte en la cruz.