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Rodeada de misterio y fantasía, en la antigua capital del imperio Bizantino, situada entre el mar negro y el mar de Mármara florece hoy la ciudad de Estambul, recordando desde su interior histórico a la antigua capital del Imperio Romano de oriente, la otrora señorial Constantinopla.
En la antigua ciudad de Bizancio, el hijo de Constancio Cloro, dejo su impronta al trasladar la sede del imperio, dándole el nombre de Constantinopla a la nueva capital, seria el centro nuevo del mundo conocido en esa lejana época. En tanto Roma se constituye en la sede del mundo católico.
Bizancio, antigua ciudad fundada en el año 660 a. C. fue originalmente una colonia griega, como puerto importante para la distribución de granos.
En el Siglo V a. C. fue destruida por los ejércitos persas, dirigidos por Darío II, siendo reconstruida por los espartanos más tarde. Durante largo tiempo vivió una época de vicisitudes, en las cuales, de manera alternada, paso del dominio de atenienses y espartanos, logrando una esporádica independencia en alianzas con los gobernantes de las islas griegas de Quios, Rodas y Cos, la cual perdió nuevamente en el reinado de Alejandro Magno, siendo obligada a reconocer el dominio de Macedonia.
Por su apoyo a lo romanos, en contra del rey Antioco III, mereció el reconocimiento de ciudad libre y aliada, no obstante, más adelante se vio obligada ase tributaria de los romanos.
En el atardecer del todavía poderoso imperio romano, Constantinopla tiene una importante influencia para el desarrollo de las ciencias útiles para el cristianismo, como; la teología, la filosofía y el código del derecho canónico. También las artes florecen con gran relieve en la nueva capital del imperio.
Considerada perta de entrada para la Comunidad Europea, la moderna nación de Turquía es el enlace entre el mundo moderno de Europa y la milenaria historia de la cuna de la civilización en el continente asiático.
Grandes embarcaciones reciben y llevan el comercio a los distintos destinos del planeta, mientras la clase turista examina el paso de la historia gravada en los restos dejados por el paso de los siglos. Centro neurálgico de redes ferroviarias hacen palpitar el encuentro del mundo del pasado con el mundo de la modernidad.
Estambul, en la exótica y moderna Turquía, es un recuerdo de una historia que se remonta desde antes de la era cristiana y en los inicios de esta era es lugar protagónico en los primeros pasos de la nueva fe, amino transitado por los apóstoles.
