"Evangelización, educación y cultura"

"El Reino de Cilicia"
EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA
15/11/2015 09:23

    "Soy judío, nacido en Tarso de Cilicia" con estas palabras el Apóstol Pablo se presentó ante su pueblo, explicando su condición de judío, y el lugar y la región en donde había nacido. Tarso, como lo explica el mismo apóstol, era una ciudad en la entonces provincia romana de Cilicia.
    Situada en la península de Anatolia, frente a la Isla de Chipre, es parte de la región denominada por los romanos como Asia Menor, bañada por el Mar Mediterráneo, al oeste limita con la Cordillera Tauro, Panfilia y Capadocia, y en el norte una ramificación de estos Montes Tauro, llamados en este lugar Monte Amanus, lo separa de Siria.
    Por su natural configuración se divide en dos regiones, con características muy marcadas. Una parte es el territorio montañoso, en donde se enclava una meseta llamada Cilicia Traquea, sirvió de refugio natural para quienes se dedicaron a la piratería y a otras actividades delictivas. El otro territorio llamado Cilicia Pedias es fértil, apto para la producción de frutos y granos.
    En tiempo del Imperio Romano, el lugar contaba con 16 ciudades, las cuales actuaban con cierta libertad y autonomía, una de ellas y la mayor en importancia era Tarso, precisamente en donde nació el Apóstol Pablo.
    En la región hay vestigios que desde el periodo neolítico, a la edad de bronce, pasando por la Grecia Clásica y el Imperio Romano, son más de 150 los sitios en donde se registran rastros históricos.
    Para el año 1196 a. C. se registra el dato de su pertenencia al Imperio Hitita, cuyo dominio en esta región se extendió en un periodo de aproximadamente 400 años. A finales del Siglo 3 a. C. los escitas, seguidos por los cimerios, éstos venidos de la parte sur de Rusia, invadieron la región, sembrando la destrucción a su paso.
    Con el florecimiento del Imperio Persa, el entonces Reino de Cilicia, cuya capital era la Ciudad de Tarso, supo tener la habilidad necesaria para conservar cierta independencia e incluso lograr ciertas conquistas para ampliar sus límites hasta Capadocia y Panfilia.
    En el año 103 a. C. con la llegada de la dominación romana, pasando esta región a su dominio, el General Pompeyo, ante la amenaza en la parte oeste, la región montañosa de Cilicia, guarida de bandoleros y rebeldes, incursionó en esa zona para apoderarse y destruir las bases ahí asentadas, después confirmó a la Ciudad de Tarso como capital de Lao, que en adelante se llamaría Provincia Romana de Cilicia.
    En el tiempo de Las Cruzadas, esta región pertenecía al Reino Armenio de Cilicia, pero más tarde fue invadido por los turcos selyucidas. En el año 1080 estableció el principado que creció hasta llegar a convertirse en el Reino Armenio de Asia Menor, el cual a pesar de estar rodeado por la hostilidad de musulmanes, alcanzó a subsistir durante 300 años.
    Hoy, la región de Cilicia existe dentro de la República de Turquía, pero para las referencias bíblicas del Nuevo Testamento, es conocida en la alusión con la Ciudad de Tarso, el lugar de origen del apóstol de las gentes.