Aplaude AARC celebración del Primer parlamento abierto en materia de plaguicidas y fertilizantes
A la población en general:
En días pasados se llevó a cabo el Primer parlamento abierto en materia de plaguicidas y fertilizantes, en donde participaron senadores, productores de diversas partes del país, académicos, investigadores, formuladores y representantes de asociaciones civiles.
Está enfocado en los productores agrícolas, pero nos atañe a todos los que consumimos alimentos del campo mexicano.
Ahí se presentó una iniciativa de ley que busca prohibir de manera tajante más del 60% de los insumos que utilizamos en la actualidad para el control de plagas y enfermedades en la producción de alimentos.
Aplaudimos la celebración de este parlamento y del impulso hacia un campo sostenible que provea alimentos saludables.
Sin embargo, la prohibición inmediata sin sustitutos viables sería catastrófica. Produciríamos menos, habría escasez, se encarecerían los alimentos, muchos productores quebrarían y no tendríamos forma de controlar muchas plagas y enfermedades en los alimentos que todos consumimos. Son demasiadas consecuencias y las sufriríamos todos.
Cada los plaguicidas que actualmente usamos fueron autorizados por la Cofepris, realizando los debidos análisis para determinar sus posibles impactos en los alimentos en los que se aplica, para los consumidores, y de manera más genérica para el medio ambiente. Usando, como es la práctica en esta agencia, del método científico para determinar los costos, beneficios y riesgos de cada sustancia, favoreciendo el bien común.
Además que la inmensa mayoría de los productores agrícolas llevamos muchas generaciones en la actividad y llevamos mucho tiempo intentando mejorar la producción y reducir costos: no aplicamos plaguicidas por gusto, es una necesidad para que los alimentos estén libres de patógenos, que al final vamos a consumir nosotros, nuestras familias y los demás mexicanos.
Por supuesto que nos interesa producir lo mejor y estar libres de riesgos. Todos ganamos con ello.
Hoy en día dependemos de la mayoría de estos plaguicidas que se piensan prohibir para poder producir en el campo con la calidad, sanidad y precio que lo hacemos.
Si hubiera una alternativa viable, ya la estaríamos usando.
Debemos construirla, encontrar y desarrollar sustitutos inocuos, viables y costeables, acompañados de programas de estímulos y capacitaciones.
Aplaudimos que se sumen muchos actores de la clase política a esta discusión y buscamos que haya muchos más en donde todas las voces sean escuchadas: el campo necesita ayuda y esta siempre es bienvenida.
Este cambio debe ser una transición gradual: los ciclos agrícolas no son cortos ni se pueden apresurar. Dependemos del clima, de los tiempos de maduración de cada cultivo y de la disponibilidad de insumos.
Muchos productores ya hemos iniciado esa transición, cuando las alternativas son viables y efectivas. Y cuando no lo son, continuamos buscándolas.
Estamos seguros que podemos construir, juntos, esas alternativas.
Muchos ya la hemos iniciado y nos congratulamos que nos acompañen en este camino.
La pregunta que nos atañe a todos es:
¿Cómo hacemos la transición hacia una agricultura sustentable, amigable con el medio ambiente y con productos inocuos y sanos para los consumidores, pero a la vez que sea rentable para los productores y familias que viven del campo?
Su discusión no puede obviarse. Debe existir un espacio para un diálogo razonado e informado, en donde todos los involucrados podamos tener una voz.
Por lo anterior, pedimos que ese camino continúe: el diálogo debe seguir y podremos llegar a un consenso informado. Que no se vote la iniciativa sin el debido análisis de todos los impactos: tantos los beneficios, como los costos adicionales, que en nuestra legislación que es fundamental para generar cualquier regulación.
Sin más por el momento, agradezco de antemano la gentileza de su atención.
ATENTAMENTE,
ING. ENRIQUE RIVEROS ECHAVARRÍA
PRESIDENTE DE LA AARC.