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"Opinión"

"Ya quité los quemadores"

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    itobatiz@hotmail.com

    En qué momento podemos modificar los tiempos de encierro para que signifiquen libertad?
    Entendido el término libertad, como la capacidad de un ser humano de actuar según sus creencias, valores, razón o voluntad. También como la situación en que se encuentra un individuo que no está prisionero, o que no es coaccionado o sometido a la voluntad de otra persona.

    ¿En qué momento tomamos conciencia de la libertad que poseemos?

    ¿En qué momento somos capaces de ejercer nuestra libertad traduciendo en algo que nos llene el alma y fortalezca el espíritu?

    Hemos vivido los últimos meses en varios tipos de encierro físico privilegiando la sana distancia. Durante este tiempo hemos tenido que idear maneras diversas para hacernos presentes entre quienes queremos o entre quienes nos importan.
    La mente, la creatividad, la expresión de sentimientos, no tienen por qué vivir en la sana distancia, por el contrario, en ellas habita la libertad y si lo analizamos un poco, cualquier manifestación que de ahí provenga hoy más que nunca debemos potencializarla y valorarla mucho más que antes.

    Ninguna pandemia puede arrebatarnos la libertad de expresarnos, de revisar el actuar desde la razón, la libertad de ser fieles a lo que creemos, la voluntad que nos lleva a realizar nuestras metas a pesar de los obstáculos.

    Hoy, para quien es libre, se ha soltado todo lo que es irrelevante, lo no necesario y estamos a punto de cerrar el año habiendo repetido el proceso de soltar muchas formas y cosas. Existe en este momento la oportunidad real de retomar nuevas y podemos hacerlo desde la razón y el entendimiento.

    Si bien como seres humanos ejercemos nuestra libertad de muchas formas, se verá más fuera de lugar al injusto que abusa, al ventajoso que obtiene más de lo que le toca, al rencoroso que no es capaz de permitir que el perdón habite su corazón y se mantiene generando conflictos. El tiempo actual requiere privilegiar los valores universales del mundo que generen confianza y amor. Tenemos la posibilidad de sobrevivir con la libertad

    que aún poseemos y que va de la mano con la responsabilidad de lo que hacemos.
    Del baúl de infancia, recuerdo que de niños pasábamos largas temporadas en la casa de playa en Altata, nos llevaba mi mamá en un safari verde que ella manejaba. Frente a nuestra casa, vivía el Dr. Jerez y su familia. Ellos dejaban afuera una panga que prestaba servicio para cruzar el canal si subía la marea y que en más de una ocasión era nuestra balsa mientras mi mamá con un cedazo y una jaba de madera recolectaba las aguasmalas o “quemadores”. Cuando la colecta ya era suficiente y el área estaba segura, nos decía:
    Ahora sí hijos, tírense, ya quité los quemadores.

    Han pasado los años y cada vez me gusta más la historia que con sabor de mar, aprendí la libertad. Gracias mamá por hacerlo posible, hoy que celebras tu cumpleaños, hoy que la vida te ha regalado salud y mente plena con todo y los huesos viejos como nos dices.

    Gracias por enseñar de esa forma... esa libertad que nadie puede arrebatar a pesar de la pandemia y que ha sido fiel compañera de vida. Tras la puerta del miedo a tirar un clavado, estaba la confianza y la determinación y eso es lo que permite que pueda tomar un lápiz, un papel y viajar con la imaginación por estas letras.

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