Violencia e indiferencia: La matanza silenciosa de los Policías en México

    El anuncio de la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) levanta las alarmas, pues consolida el modelo de militarización de la seguridad pública en el país, que ha sido tantas veces denunciado. Desde el inicio del sexenio y hasta el pasado 20 de junio, se han asesinado a 2,373 elementos policiacos en el país. Para comprender la magnitud de esta tragedia, basta con pensar que esta masacre de policías equivale a eliminar a toda la fuerza policial de municipios como Nezahualcóyotl, Chihuahua o Zapopan

    Desde 2018, la organización Causa en Común, en colaboración con una red de periodistas especializados en temas de seguridad, ha llevado a cabo un exhaustivo seguimiento hemerográfico de los asesinatos de elementos de la policía en México. Este esfuerzo surge como respuesta a la alarmante ola de violencia que azota al país y al evidente abandono institucional que sufren las fuerzas policiales en todos los estados.

    Durante casi seis años, esta combinación ha resultado en el control casi total del crimen organizado en diversos ámbitos de la vida pública y ha dejado a los cuerpos policiales en condiciones de absoluta vulnerabilidad frente a estos grupos criminales.

    El precio de este abandono es alto. Desde el inicio del sexenio y hasta el pasado 20 de junio, se han asesinado a 2,373 elementos policiacos en el país. Para comprender la magnitud de esta tragedia, basta con pensar que esta masacre de policías equivale a eliminar a toda la fuerza policial de municipios como Nezahualcóyotl, en el Estado de México; Chihuahua, en el estado de Chihuahua, o Zapopan, en Jalisco.

    El año más letal para nuestros elementos fue 2020, durante el cual se registraron 524 asesinatos, lo que equivale a un promedio de 1,4 casos al día.

    El Estado de Guanajuato es el más peligroso para la función policial, con 417 elementos asesinados durante el sexenio. Aunque Guanajuato ha ocupado consistentemente el primer lugar en estos registros, otros estados también presentan cifras alarmantes. Entre ellos se encuentran el Estado de México (210), Guerrero (206), Chihuahua (166), Veracruz (163) y Michoacán (160).

    La difícil situación que enfrentan nuestras policías se debe a un retraso crónico en su desarrollo y fortalecimiento. Durante este sexenio, el Consejo Nacional de Seguridad Pública, encargado de establecer las pautas en capacitación, profesionalización, presupuestos y dignificación de la labor policial, quedó en total abandono.

    Además, los presupuestos federales, como el FASP y el Fortaseg, se han quedado sin recursos debido a la decisión del Gobierno federal de enfocar todos sus esfuerzos en las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional.

    Lamentablemente, la estrategia militarista no ha dado resultados en términos de seguridad y ha desencadenado una constante cacería de policías que carecen de los recursos mínimos indispensables para realizar su trabajo. Hoy en día, las comandancias no cuentan con suficiente equipo, chalecos, municiones, patrullas e incluso gasolina. Además, la falta de capacitación continua, las precarias compensaciones laborales y el escaso apoyo institucional para los elementos y sus familias han convertido la labor policial en una condena.

    Es de suma importancia rescatar a nuestras policías locales y estatales, ya que son ellas quienes están en contacto directo con la ciudadanía, las redes vecinales y otras autoridades locales, y quienes enfrentan directamente al crimen organizado.

    Del total de elementos asesinados en el periodo mencionado, el 53.9 por ciento eran policías municipales, el 39.9 por ciento eran estatales y sólo el 6.1 por ciento eran federales. Esto evidencia que la violencia en nuestro país debe ser atendida de manera regional, fortaleciendo cuerpos policiacos capaces de realizar labores de prevención en lugar de limitarse a reaccionar ante el crimen cuando ya es demasiado tarde.

    Para recuperar parte de la paz que hemos perdido, es crucial abordar con seriedad el tema de la seguridad, comenzando por apoyar a las personas que salen todos los días a sus municipios y carreteras para mantener el orden y procurar la paz.

    Desde Causa en Común continuaremos todos los días buscando el fortalecimiento y dignificación de las policías. Esta organización se fundó con la intención de apoyar a nuestras instituciones policiales, con la firme convicción de que para tener seguridad debemos cuidar a quienes tienen la tarea de cuidarnos.

    Desde Causa en Común mandamos a las familias de todos aquellos elementos de seguridad que han perdido la vida protegiéndonos, nuestro más sentido pésame.