Teuchitlán duele a toda la comunidad. Más allá de la comprobación de restos humanos o posibles crematorios en el Rancho Izaguirre están las dramáticas imágenes de zapatos, ropa o bolsos como recordatorio de la necesidad de construir estrategias de búsqueda de personas desaparecidas, desde lo institucional y lo ciudadano.
En su desesperación por respuestas, la familia de las víctimas ha tomado la responsabilidad del rastreo. Lo ha hecho desde 1976 en Argentina con las Madres de la Plaza de Mayo, como ahora Guerreros Buscadores de Jalisco.
Junto con los familiares hay una comunidad solidaria capaz de proporcionar un dato conducente al descubrimiento esperanzador de un predio, y requieren de acompañamiento de la autoridad.
En la construcción de esquemas de búsqueda está la operación del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México, donde a través de técnicas de videomonitoreo forense contribuye al rastreo por medio de las 83 mil 414 cámaras.
Los reportes al número de emergencias 911 activan el protocolo: se piden características de la persona -descripción física, vestimenta, señas particulares- y se informa a unidades policiales para comenzar la búsqueda en la zona reportada. Al mismo tiempo se hace la revisión de las cámaras cercanas. Si el extravío acaba de ocurrir se inicia un voceo por medio de los altavoces.
El mayor número de llamadas se reciben entre las 15:00 y las 18:00 horas, principalmente sábado y domingo. Las alcaldías Venustiano Carranza y Cuauhtémoc registran la tasa más alta de reportes por cada 100 mil habitantes, con 260 y 125 respectivamente.
En apoyo a la búsqueda de personas una vez que se ha presentado la denuncia ministerial, los familiares de las víctimas, acompañadas por agentes de la Policía de Investigación, pueden revisar las cámaras en las instalaciones del C5, en lo que se conoce como videomonitoreo forense.
Esta técnica consiste en examinar los videos del sitio donde se vio por última vez a la persona y, una vez ubicada, inspeccionar los momentos posteriores para identificar su posible paradero o los anteriores con el objetivo de conocer actividades que podrían relacionarse con su ausencia.
Los registros visuales se utilizan en conjunto con otras pruebas, como los testimonios de testigos, para integrar un panorama más claro de lo sucedido, y forman parte del compromiso del gobierno de Clara Brugada en la Ciudad de México por el fortalecimiento de la capacidad técnica con la creación del Gabinete para la Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Teuchitlán nos lo recuerda: se requiere voluntad política en acompañamiento a la necesidad ciudadana, y la tecnología puede ser un elemento de contribución central.
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El autor es presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de CDMX
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