Entre las afectaciones de la pandemia por Covid-19 también se encuentra la puesta en pausa o retraso en las negociaciones de mecanismos internacionales de protección ambiental. Un ejemplo de ello se da en el proceso BBNJ de la ONU que busca aprobar un Tratado Global por los Océanos para asegurar la protección de la biodiversidad más allá de la jurisdicción nacional, es decir, de los ecosistemas y especies que habitan en el alta mar o en aguas internacionales.
Debido a las disrupciones ocasionadas por la pandemia en el plano de la salud pública, la economía y el bienestar de las personas, algunos podrían argumentar que proteger los océanos no es una cuestión prioritaria. Sin embargo, la protección del medio ambiente ha probado en estos últimos meses ser tan importante como los otros problemas que sufrimos, ya que si el Covid-19 nos ha enseñado algo es que no puede haber salud en un planeta enfermo y el equilibrio de la Tierra depende sin duda de la salud de nuestros mares y océanos.
El objetivo que se quiere lograr con este Tratado es proteger al menos el 30 por ciento de los océanos, el mínimo recomendado por las y los científicos, para el 2030 (30×30), en forma de santuarios marinos que salvaguarden los ecosistemas de industrias y otras actividades humanas dañinas. Ejemplo de éstas son:
- La pesca industrial. La cual saquea las aguas del mundo dejando sin alimentos a comunidades costeras y pescadores de pequeña escala, además de que puede conllevar la captura incidental de especies en peligro como tiburones y mantarrayas. Por ejemplo, en el Océano índico la población de tiburones ha disminuido en un 85% en los últimos 50 años debido a estas prácticas dañinas.
- La minería en aguas profundas. Grandes empresas en el sector están desarrollando misiones de exploración en el lecho marino con el fin de que les sean otorgados permisos para comenzar la extracción de metales como cobalto, níquel, cobre y manganeso, así como materiales usados en productos electrónicos que hasta ahora se extraen únicamente en tierra. Los científicos ya han alertado que la minería en aguas profundas tendría efectos devastadores en los ecosistemas oceánicos, agravando la crisis climática y de pérdida de biodiversidad que sufrimos en la actualidad. Por ello, el océano profundo debe mantenerse fuera del alcance de las compañías mineras.
- La contaminación por plásticos. Cada año llegan a los océanos cerca de 13 millones de toneladas de residuos plásticos, los cuales afectan a cerca de 700 especies marinas, ocasionando la muerte de un millón de aves y de cien mil mamíferos marinos anualmente. Se han encontrado microplásticos en 1 de cada 5 peces que se comercializan en México (Greenpeace 2019) y en otras especies marinas de consumo humano, como los crustáceos, por lo que puede representar riesgos para la salud de la gente.
- La extracción petrolera, recordar daños como derrames petroleros.
Un Tratado Global por los Océanos que sea sólido y cuente con un compromiso internacional vinculante es esencial para poner fin a estas problemáticas y ejercer un mayor control sobre las industrias que están detrás. Debido a la pandemia, la última ronda de negociaciones (o IGC4), prevista para principios de 2021 y luego para este agosto, se pospuso de nuevo para 2022. No obstante, es importante que los gobiernos mantengan el momentum construido hasta ahora para llegar a la nueva fecha con mayores posibilidades de alcanzar acuerdos que deriven en un Tratado que realmente proteja los ecosistemas marinos.
En este marco, el Gobierno mexicano debe mantener el liderazgo que hasta ahora ha mostrado dentro de los países de América Latina, para lograr llevar a la región a la IGC4 con mayores consensos en temas cruciales del Tratado como arreglos institucionales, un comité de cumplimiento, áreas naturales protegidas, herramientas de gestión, entre otros. Otros países clave, como Estados Unidos, deben aumentar su liderazgo global y hacerlo coincidir con los avances dados a nivel doméstico.
En los últimos días, desde Greenpeace hemos enviado cartas a las embajadas de Estados Unidos para pedir al Presidente Biden que apoye un Tratado Global por los Océanos sólido y fuerte, en consonancia con sus compromisos de garantizar el 30×30 a nivel nacional dentro de su estrategia “America the Beautiful”. En el actual contexto internacional, con el segundo año de la pandemia y grandes retos globales por enfrentar, es crucial contar con un involucramiento político del más alto nivel, para llevar a buen puerto los procesos diplomáticos en puerta para asegurar la protección medioambiental en áreas como la biodiversidad, el cambio climático y los océanos.
Como ciudadanía, recordemos esto a nuestros gobiernos firmando esta petición por los océanos del mundo y las especies que los habitan https://www.greenpeace.org/mexico/participa/protege-los-oceanos-del-mundo/