Unión Ganadera: de la crisis a la solidez
Focos en rojo que Faustino debe apagar

OBSERVATORIO
    A marchas forzadas Faustino Hernández ha logrado apuntalar muchas cosas sobre todo en lo emergente que tiene que ver con el riesgo en que están los pequeños ganaderos que comienzan a vender o sacrificar sus hatos antes de que mueran de sed y hambre.

    A punto de que olvidáramos que en el campo sinaloense también hay, aparte de la agricultura, una actividad pecuaria con 30 mil unidades de producción de las que dependen 50 mil familias, con más de un millón de reses sólo en lo que corresponde al ganado bovino, tuvo que suceder la movilización del sector para contener el desbordamiento de la crisis interna, logrando que colocáramos al menos de reojo la mirada en aquellos otros que nos proveen de alimentos sin importar las adversidades que enfrentan.

    Cuando la mayoría de los productores decidieron movilizarse para ponerle fin a la crisis doméstica que amenazaba con devastar económica y moralmente a la Unión Ganadera Regional de Sinaloa se creyó que pasarían meses, tal vez años, para que esta organización recuperara el orgullo intramuros, la confianza hacia el exterior y de parte de instituciones gubernamentales de apoyo al sector. No sólo se trataba de posibles manejos indebidos de los recursos propios sino del peligro en que se colocó a programas de sanidad animal y de buenas prácticas pecuarias.

    Otra consecuencia es que el entonces dirigente Mario Noel Camacho Angulo prácticamente dinamitó los puentes de interlocución y gestión con los gobiernos federal y estatal, afectando a los agremiados en el momento en que se pronosticaba una de las peores sequías que haya afectado a Sinaloa, mientras el foco amarillo encendido desde de 2014 empezó a cambiar a rojo: tanto el Departamento de Agricultura de Estados Unidos como el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria les remarcan a los ganaderos locales deficiencias zoosanitarias que les prohíben exportar becerros en pie.

    Finalmente, después de que así se lo exigieron los 38 dirigentes de las uniones ganaderas que existen en el estado, Camacho Angulo renunció a la presidencia de la UGRS y entró al relevo Faustino Hernández Álvarez tomando a su cargo la emergencia de levantar de manera rápida y sin dinero lo bastante que se había caído. Antes de hacerse cargo de dicha víbora chirrionera lo primero que hizo fue buscar el respaldo del Gobernador Rubén Rocha Moya a quien le dijo “si usted me apoya le entro; si no, pues no”.

    A marchas forzadas Faustino Hernández ha logrado apuntalar muchas cosas sobre todo en lo emergente que tiene que ver con el riesgo en que están los pequeños ganaderos que comienzan a vender o sacrificar sus hatos antes de que mueran de sed y hambre. Aparte de concretar la compra de tanques de almacenamiento de agua, es impulsor del programa para establecimiento de praderas que con la inversión de 32 millones 500 mil pesos implementa el Gobierno del Estado, para la distribución de 53 mil 324 bolsas de semillas de sorgo forrajero en beneficio de 6 mil 230 productoras y productores.

    En lo que corresponde a la recuperación del estatus zoosanitario, que es la otra emergencia, el nuevo dirigente de la UGRS restableció las acciones en coordinación con el Secretario de Agricultura y Ganadería, Jaime Montes Salas, sobre todo para inducir la actividad pecuaria a prácticas de cumplimiento a las normas nacionales e internacionales. Realiza labor de orientación y presencial para que utilicen únicamente rastros certificados en el sacrificio de su ganado, punto crucial para garantizar la salud e inocuidad de la carne que se produce en Sinaloa.

    También en lo referente a restablecer la buena imagen del sector, para mitigar los efectos de la jornada de descrédito vivida recientemente, Faustino Hernández contrató a una estratega en manejo de medios y relaciones públicas, que es Claudia Barraza, quien de inmediato activó en las plataformas digitales una secuencia de contenidos con historias para reforzar la empatía de la ciudadanía con la ganadería. Diciéndole a la gente cómo vive este sector del campo que pretende la identidad y la solidaridad.

    ¿Es Faustino Hernández el dirigente que les faltaba a los ganaderos? O mejor planteada la pregunta ¿es el líder campesino que la haga de factor bisagra entre los productores y el gobierno de Rubén Rocha que en la segunda mitad del sexenio se propone afianzar la relación y políticas públicas con las mujeres y hombres que son motores de las actividades económicas de Sinaloa? Nadie lo sabe porque no existen bolas de cristal para anticipar los resultados, aunque para descifrarlo hay que mantener la atención sobre la intensa dinámica que aparte del área bovina rescata a labores como las avícola, equina, porcícola y caprina.

    Es posible que en la UGRS resulte cierta la frase confortadora que afirma que después de la tormenta viene la calma. Al menos ya adquiere estatuto de veracidad la coyuntura donde la convulsión que sufrió el sector ganadero por un pésimo liderazgo, trasmuta a resaltar el orgullo y la solidaridad si todos van unidos a producir lo que desde la mesa de las familias se traduce en estabilidad social y rentabilidad para los productores.

    Reverso

    Ojalá que igual sucediera,

    Al tener similares motivos,

    Y aprendan de la Ganadera,

    Los demás sectores productivos.

    Más que un Palenque

    La mayoría de la gente tiene a la Feria Ganadera como el único referente de un sector estratégico para la economía de Sinaloa. Y la Expo Ganadera la reduce a un simple Palenque en el que nada tiene que ver la UGRS, más allá de rentar las instalaciones. Fortalecer lo trascendental de la producción pecuaria de Sinaloa tiene que ver con rescatar a este evento anual como escaparate internacional de lo que se bien se hace aquí y se ofrece al Mundo en materia de seguridad alimentaria. Resaltar el esfuerzo legítimo que desde el campo sinaloense contribuye a la paz simplificada en “panza llena, corazón contento”.

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    sicairos6204@gmail.com