La imagen de marca es el conjunto de percepciones, asociaciones, recuerdos y prejuicios que el público procesa en su cerebro y cuya síntesis es una imagen mental de un producto. A través de su nombre o publicidad se crea una representación, una relación calidad-precio y ventajas o satisfacciones que de él reciben o piensan que pueden recibir.
Ciudades como Milán o Nueva York, por ejemplo, son ciudades-marca especializadas en la moda textil. Al pensar en determinado producto o servicio nos vienen a la mente estos lugares especializados que lo ofrecen por excelencia.
En la actividad turística la imagen de marca es fundamental para vender destinos. Países como España, Francia o Estados Unidos son buenos ejemplos de cómo han logrado forjar una imagen de marca-país que seduce y fomenta a practicar el turismo. Igualmente ciudades como Barcelona, Madrid, París, Londres, han sabido posicionar a nivel mundial sus mejores elementos de ventaja competitiva, construyendo poderosas marcas conocidas a nivel global.
La región conocida como el sunbelt en Estados Unidos, particularmente estados como Florida, Texas, Arizona y California, se han posicionado como destinos por excelencia para practicar el turismo y la migración de retiro. El clima cálido, las amenidades, las comunidades ya establecidas; el glamour, convierte a la práctica de desplazarse a esos lugares como un símbolo de status social y económico.
En sus inicios aquí la actividad fue de “manera natural”; sin planificación estratégica, pero en la actualidad, cuando los estadounidenses están próximos a jubilarse, esos destinos vienen a su mente para mudarse.
Población estadounidense en Mazatlán
Mazatlán, Sinaloa, por su ubicación geográfica y relación histórica con la población del vecino país, se encuentra en la mira de muchas de estas personas. No hace falta cruzar el Atlántico cuando tenemos al país más consumidor del mundo a un lado. Las ventajas comparativas y competitivas han atraído a miles de estadounidenses, -y en menor número a canadienses-, que buscan un clima cálido, ventajas económicas y población amigable.
Actualmente en Mazatlán se tiene registro de 6,066 estadounidenses registrados como residentes (temporales y permanentes) ante el Instituto Nacional de Migración, y el número aumenta con la llegada de turistas de invierno que va de noviembre a abril. Estos números convierten a esa población extranjera en la más significativa de la entidad.
Quien escribe estas palabras, en el año 2011 fue merecedor del Premio a la Mejor Tesis de Doctorado por parte de la Academia Mexicana de Investigación Turística (AMIT) en la que abordamos ampliamente esta modalidad turística-migratoria en Sinaloa y Baja California Sur. Con la ayuda del Profesor Arturo Santamaría hicimos un análisis socioeconómico y demográfico, así como las causas y efectos de este fenómeno en nuestra región.
La propuesta
Cuando funcionarios y empresarios del sector turístico me preguntan qué camino debe tomar Mazatlán para competir con otros destinos de México y del mundo, en mi respuesta cito la conocida novela de Lewis Carroll, “Alicia en el país de las maravillas” esto es: El camino que debes tomar, depende de a dónde quieres llegar. Es decir, ¿a qué población deseas atraer? ¿Cómo visualizan la ciudad a largo plazo?
Si el deseo es atraer turistas jóvenes, habrá que ofrecer más bares/discotecas y fiestas; pero si desean atraer a un segmento de la población con tiempo libre, dinero para gastar, y que representa dos terceras partes de la población mundial, entonces debemos ofrecer un destino enfocado para atraer a esa población.
En Mazatlán, los atributos que perciben positivamente los estadounidenses, según un estudio previo, son por orden de importancia: el clima agradable, la gente amable, buenas perspectivas económicas y buenos servicios de salud.
Estas son las ventajas que Mazatlán debe explotar para la construcción de imagen ante una población en edad avanzada. Claro que hay otros aspectos físicos de la ciudad que se deben mejorar, como son: una buena conectividad con el resto del País y del extranjero, bonitas construcciones y lugares públicos, buena gestión municipal, seguridad ciudadana, variedad de actividades de tiempo libre y cultura, buena infraestructura para el transporte, agradable medio ambiente sano y sin contaminación. Lo más importante es construir una imagen de marca que muestre la verdadera identidad de Mazatlán.
Esta imagen debe mostrar además una buena calidad urbana, un urbanismo amigable con las personas de edad avanzada o con discapacidad. Deberá mostrarse una imagen de espacio público que da prioridad al espacio de ocio y recreación, y una buena infraestructura de movilidad. En este caso se recomienda venderse como producto de playa, pero con oferta de productos diferenciados, es decir un destino que ofrece además del sol y mar, una serie de atractivos naturales y culturales. En este último sentido la música y gastronomía regional son esenciales.
Un factor de diferenciación que se propone es marcar a Mazatlán como un destino para el turismo residencial, para esto el sector inmobiliario tendrá la tarea de construir espacios de calidad para personas de edad avanzada, y promocionar el destino masivamente como el destino ideal para jubilarse. También en cuanto a la arquitectura, se recomienda imponer colores y arquitectura propios de la región, que dé belleza escénica y ponga valor agregado.
Se trata de construir un destino atractivo para un turismo que gaste más, y al mismo tiempo genere una menor carga ambiental, y menor estacionalidad en la afluencia durante el año. Esto generará un círculo virtuoso en el puerto que se manifestará en una mayor inversión, una valorización de la oferta turística, la atracción de un turismo de mayor poder adquisitivo, esto a su vez generará un mayor ingreso económico en las familias locales, y una menor carga ambiental.
Una característica de los babyboomers es que no quieren ser apartados de la sociedad, algunos inician nuevas carreras, inician negocios, dan clases, aprenden una nueva disciplina, se emplean en un trabajo de medio tiempo, realizan actividades filantrópicas y tienen un alto sentido de organización social. Por lo tanto se puede crear un instituto gubernamental impulsado por las autoridades locales, que promueva su participación en los asuntos públicos. Este instituto deberá coordinar también acciones encaminadas a dar respuesta a sus demandas, encargado de planificar estratégicamente políticas públicas que ayuden a convertir esta corriente turística-migratoria en una palanca para el desarrollo local.
Finalmente estas imágenes tienen que ser divulgadas masivamente en medios impresos, radio y televisión en los principales mercados emisores de turistas y migrantes residenciales en Estados Unidos y Canadá, de manera que cualquier persona jubilada piense en Mazatlán, Sinaloa.
Es cuanto….
*Doctor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa
*Consejero Consultivo de la CEDH de Sinaloa