Wikipedia (ficha editada): “El mito de Er trata sobre las realidades últimas, es decir las postrimerías de la muerte (escatología), con la que finaliza la República de Platón.
El «mito de Er» ocupa los últimos párrafos de la República de Platón. Se desprende de la reflexión previa que Sócrates y Glaucón formulan sobre el mérito de la justicia entre los hombres y especialmente ante los dioses, la virtud como bien del alma (por contrapartida el vicio como mal y corrupción de la misma) y la inmortalidad de esta última. Relata la historia de un soldado de Panfilia(territorio costero, provincia romana en el sur del Asia Menor) llamado Er, hijo de Armenio, que, muerto en la guerra, es resucitado por los dioses al cabo de doce días de su deceso, para contar a los vivos el destino de las almas después de la muerte. Las ideas centrales son la inmortalidad del alma, la existencia de premios y castigos expiatorios en un plano escatológico, la armonía entre libertad y destino, la sabiduría y la justicia como virtud (ἀρετή= areté), la armonía del cosmos, la atingencia de los dioses con las elecciones humanas y la transmigración. Trata el asunto del alma separada del cuerpo y su destino después de la muerte; se considera el mayor de los Mitos Escatológicos de Platón, que toma prestados elementos clave de las tradiciones órficas y pitagóricasy las implementa con libertad”.
https://www.greelane.com/es/humanidades/historia-y-cultura/the-myth-of-er-120332
“El mito de Er de la República de Platón (libro publicado hacia 370 a.C., casi 24 siglos atrás) cuenta la historia de un soldado, Er, que se cree que está muerto y desciende al inframundo. Pero cuando revive, es enviado de regreso para contarle a la humanidad lo que les espera en el más allá.
Er describe una vida después de la muerte donde los justos son recompensados y los malvados son castigados. Luego, las almas renacen en un nuevo cuerpo y una nueva vida, y la nueva vida que elijan reflejará cómo han vivido en su vida anterior y el estado de su alma al morir.
Er fue muerto en batalla, y diez días después se encontró que su cuerpo no estaba afectado por la descomposición y se llevó a casa para ser enterrado. Al duodécimo día, mientras yacía sobre la pira funeraria, volvió a la vida y les contó lo que había visto en el otro mundo. Dijo que cuando su alma abandonó el cuerpo, emprendió un viaje con una gran compañía, y que llegaron a un lugar misterioso en el que había dos aberturas en la tierra; estaban muy juntos, y frente a ellos había otras dos aberturas en el cielo arriba.
En el espacio intermedio estaban sentados los jueces, que mandaban a los justos, después de haberlos juzgado y atado sus sentencias delante de ellos, que subieran por el camino celestial a la mano derecha; y de la misma manera les ordenaron a los injustos que descendieran por el camino inferior de la mano izquierda; estos también llevaban los símbolos de sus obras, pero sujetos a sus espaldas.
Se acercó y le dijeron que él iba a ser el mensajero que llevaría el informe del otro mundo a los hombres, y le pidieron que oyera y viera todo lo que se podía oír y ver en ese lugar. Entonces miró y vio por un lado a las almas que partían por cualquiera de las aberturas del cielo y de la tierra cuando se les había dado sentencia; y en las otras dos aberturas otras almas, algunas ascendiendo de la tierra polvorienta y desgastada por el viaje, algunas descendiendo del cielo limpias y resplandecientes”.