Ante la ausencia de una estrategia local para hacer frente a los efectos de la pandemia en el aprendizaje académico y socioemocional en Sinaloa, es importante considerar el anuncio realizado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) sobre el plan “Vamos todas y todos por la educación” (SEP, Boletín 147).
Este plan surge como resultado de la última reunión de autoridades educativas sostenida en Puebla el viernes 24 de junio y tiene como aspiración que todos los estudiantes puedan ejercer su derecho a aprender. En este artículo, se analizan algunos elementos de este anuncio, siguiendo la huella de otros planes dados a conocer por la SEP con antelación. Además, se plantean algunas inconsistencias y dudas que será importante despejar lo antes posible.
El elemento más novedoso del nuevo plan es su narrativa de gran acuerdo nacional, siguiendo el molde de intentos de cambio en el sistema educativo como el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) en 1992 o como el Pacto por México en 2012. De esta manera, el comunicado de la SEP plantea la idea de llevar a cabo un plan amplio y ambicioso, que requiere la participación de todos los actores posibles: desde familias, docentes y directores, hasta los distintos niveles e instituciones de la burocracia educativa en los estados. Inclusive, se anuncia de forma clara el requerimiento a colaborar con este plan al sector Salud y a los sistemas DIF y SIPINNA estatales.
Asimismo, se anuncian medidas para replantear elementos de la administración del sistema, tales como la flexibilización en las normas de control escolar. También se señala la continuidad de acciones como el Sistema de Alerta Temprana y la ampliación de programas de becas federales y La Escuela es Nuestra. De todo esto, se puede inferir que existe claridad respecto a que las escuelas necesitan acompañamiento y apoyo, no indiferencia ni presión.
Debido a las complejidades del sistema educativo en México, es arriesgado pronosticar el cumplimiento de todas las acciones incluidas en este plan. Un análisis más riguroso de su viabilidad sólo será posible cuando se cuente con información más detallada y específica al respecto. Pero donde sí es posible plantear observaciones preliminares es respecto a los elementos centrados en el aprendizaje incluidos en el anuncio de la SEP.
Dado que el plan “Vamos todas y todos por la educación” plantea como uno de sus componentes la “Estrategia Nacional para Promover Trayectorias Educativas Continuas Completas y de Excelencia” este artículo toma como referencia la “Estrategia Nacional para Promover Trayectorias Educativas y Mejorar los Aprendizajes de los Estudiantes de Educación Básica” difundida en abril 2022 mediante dos documentos; uno de 87 páginas (https://educacionbasica.sep.gob.mx/wp-content/uploads/2022/04/Estrategia-Nacional-para-Promover-Trayectorias-REVISION_B_10-20_29_04-2022.pdf) y otro de 73 páginas (https://educacionbasica.sep.gob.mx/wp-content/uploads/2022/04/6.SUBSECRETARIiA-DE-EDUCACIOiN-BAiSICA_CORR_A.pdf).
Quizás el punto más concreto del boletín de la SEP es el anuncio de la aplicación de evaluaciones diagnósticas entre el 5 y el 15 de septiembre. Y una segunda evaluación del 1 al 10 de febrero del 2023. A pesar de no entregar detalles respecto a dichas evaluaciones, los documentos de abril plantean elementos que suman al análisis. En el documento corto se plantea la utilización de los diagnósticos formativos creados en conjunto entre MEJOREDU y la SEP (p.60). Sin embargo, en el documento largo se plantea una sorpresiva colaboración con el Banco Mundial, “institución que se encargará de la revisión de materiales y de la elaboración de instrumentos para una evaluación diagnóstica y formativa” (P. 71).
Más allá de la divergencia de los documentos, ninguna de las dos propuestas plantea con claridad si las características técnicas de los instrumentos que se utilicen en las evaluaciones de septiembre y febrero permitirán la comparación con los resultados de las pruebas PLANEA. Esto es una cuestión fundamental para conocer la real magnitud del impacto de tener las escuelas cerradas por dos años y para tener información valiosa para orientar decisiones de política pública.
El boletín de la SEP también sostiene que se fortalecerán las “habilidades socioemocionales para reducir las conductas de riesgo; robustecer la socialización y el vínculo con las escuelas, y apoyar al magisterio”. Al respecto, el documento también menciona la participación del sector salud en la tarea de brindar apoyo socioemocional.
A falta de mayores explicaciones, conviene ir a las dos versiones del documento publicado por la SEP en abril, las que mencionan la implementación de un diagnóstico socioemocional y la elaboración de un Protocolo de Atención Socioemocional (p. 61/p. 71). De estas dos acciones debieran surgir las rutas que permitan hacer de lo socioemocional un elemento transversal en toda la enseñanza y no una mera aspiración encerrada en una nueva asignatura.
Por otra parte, respecto a la dimensión de formación docente, el boletín SEP sólo se restringe a anunciar oportunidades formativas respecto a “metodologías innovadoras y herramientas para la recuperación de los aprendizajes, entre ellas, el Programa de Reforzamiento Académico Vamos Más Allá, dirigido a estudiantes de sexto grado de primaria y tercer grado de secundaria”.
Siguiendo la pista de los dos documentos de abril, las metodologías innovadoras que se ofrecerán como alternativas de formación docente probablemente serán la Relación Tutora, la Enseñanza en el Nivel Apropiado, el Diseño Universal de Aprendizajes y el Aprendizaje Basado en Proyectos.
En este punto, queda pendiente el detalle de los planes de acción mediante los cuales los docentes conocerán, practicarán y se apropiarán de las nuevas herramientas pedagógicas, para asegurar su correcto uso en el aula. Y también llama la atención el anuncio de un programa de focalización en dos grados específicos, cuando aún no se cuenta con datos de un diagnóstico que permita priorizar.
Estas dudas pueden aclararse o expandirse a medida que el “Plan Vamos Todas y Todos por la Educación” pasa de ser solo un anuncio para volverse una realidad más concreta. Es de esperar que dentro de las próximas semanas podamos conocer documentos explicativos más detallados, conteniendo planes, calendarios y proyecciones de reasignación presupuestal que permitan responder a las altas expectativas de este plan con algo más que uno de los presupuestos educativos más bajos en los últimos 12 años.