Al menos tres temas principales de la agenda de Donald Trump pasan por México: T-MEC, migración y narcotráfico. Este último tiene una gran relevancia para Sinaloa.
De hecho, Trump declaró en su último día de campaña que su primer acto de gobierno al llegar a la Casa Blanca será subir los aranceles del comercio con México 25 por ciento más si México no detiene la migración y las drogas que cruzan a Estados Unidos.
Es prácticamente imposible que México impida que continúe la emigración al Norte tanto de mexicanos como de extranjeros que pasan por nuestro territorio, y que al mismo tiempo detenga el tráfico ilegal de estupefacientes. Ante esa realidad, queda la duda si Trump va a cumplir su amenaza. Por lo pronto, pende la espada de Damocles sobre nuestro País.
Es muy probable que en los próximos días Trump se vuelva a referir a esos temas y lo que diga y cómo lo diga nos dará más indicios de sus amagos. Al mismo tiempo, tendremos que observar las decisiones que tome Claudia Sheinbaum en torno a esos dos temas centrales de la relación con Estados Unidos.
Una primera prueba ya está en puerta. Dos caravanas de centro y sudamericanos partieron esta semana de Chiapas rumbo a la frontera norte y habrá qué ver la respuesta del nuevo gobierno de Morena aun y cuando Trump no ha asumido el poder. La exigencia del hombre de cabellera naranja es bloquear a cualquier migrante que intente traspasar el muro fronterizo, pero la política migratoria de Morena ha sido la de permitir el tránsito de los extranjeros que llegan a México y buscan llegar a territorio estadounidense. Al menos así ha sido con las caravanas. Igualmente, aun a regañadientes, el gobierno de López Obrador aceptó recibir a migrantes expulsados de Estados Unidos y permitió que miles de ellos y miles que proceden del sur se estacionen, así sea precariamente, en las ciudades fronterizas mexicanas.
Si el Gobierno mexicano se convence que las amenazas de Trump son reales tendrían que empezar a detener a los migrantes extranjeros en la frontera con Guatemala. No podrían pasar más, pero para ello Claudia tendría que endurecer en grado extremo la vigilancia fronteriza con la Guardia Nacional, asumiendo el enorme riesgo de violentar masivamente la seguridad de los migrantes y, por ello, empezar a recibir las críticas y presiones de organizaciones nacionales e internacionales de los Derechos Humanos. Es decir, el Gobierno mexicano se vería en medio de dos flancos, con la diferencia de que el trumpiano tiene en sus manos el misil de los aranceles.
Fue precisamente este recurso el que utilizó Trump ante el gobierno de López Obrador para obligarlo a recibir a migrantes expulsados de la Unión Americana y a anular la política migratoria de puertas abiertas que había anunciado el tabasqueño al inicio de su mandato.
Ahora Trump lo vuelve a blandir y es muy posible que nuevamente doblegue a Palacio Nacional, aunque no sabemos hasta qué límite.
El T-MEC se va a negociar hasta dentro de 13 meses, pero el magnate que regresa a la Casa Blanca en enero próximo va a intentar eliminar los aspectos que hayan favorecido a México, particularmente en áreas como la automotriz, donde dice el hombre naranja, los chinos han utilizado a México para penetrar con ventaja el mercado estadounidense.
Millones de americanos que votaron por Trump están convencidos que gran parte de los problemas económicos que tienen han sido causados por un tratado comercial que, piensan, no les favorece, y, por lo tanto, habrá que modificarlo en su favor. Para ellos, como para Trump, la apertura comercial hacia el mundo y particularmente con Canadá y México, así como China, les ha arrebatado empleos, disminuido salarios y encarecido la vida.
Finalmente, la política antinarcóticos y más específicamente la anti fentanilo, involucra directamente a Sinaloa. Ninguna droga preocupa más al Gobierno de Estados Unidos, ya sea que lo presidan demócratas o republicanos, que el fentanilo. Setenta mil muertes causadas por ese estupefaciente en 2023 son suficiente argumento para ver como enemigos principales a sus productores y comercializadores. Frente a esta droga, todas las demás se quedan chiquitas en cuanto a perjuicios, pero también, en cuanto ganancias.
La DEA y otros organismos policiales y de inteligencia de Estados Unidos acusan al Cártel de Sinaloa y al Jalisco Nueva Generación de ser los principales traficantes de esta droga en suelo gringo, y no tan sólo eso, sino que señalaron a sus líderes como los hombres más buscados por ellos en el mundo. Como hemos visto elaboraron un plan maestro para atrapar en suelo mexicano al Mayo Zambada, el más buscado de todos. Y tal como lo ha señalado reiteradamente Trump, él será más agresivo en la lucha contra los cárteles mexicanos.
En dicho contexto, no parece que quepa más la política obradorista de “abrazos y no balazos” porque las presiones de Estados Unidos en esta materia son más grandes que nunca. Así que, en medio de la guerra fratricida del Cártel de Sinaloa, Claudia Sheinbaum se verá obligada a enfrentar mucho más decididamente a los capos sinaloenses y jaliscienses so pena de sucumbir ante el brutal peso de aranceles que, dice Trump, podrían llegar hasta el 100 por ciento.
Dios nos agarre confesados.
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