Arguyendo la saturación de drogas, principalmente del nocivo fentanilo y de los cárteles “terroristas”, así como de la “invasión” de migrantes a través de la frontera con México, el Presidente Trump “decretó” imponer a México y Canadá, aranceles a las exportaciones que realizan esos países hacia Estados Unidos. La decisión fue unilateral, rompiendo el Tratado de Libre Comercio entre México-Estados Unidos y Canadá y castigando a dos países amigos y socios comerciales, agregando a todas las razones mencionadas, el déficit comercial que tiene en las exportaciones e importaciones con México, Canadá y China.
La decisión de Trump tiene además connotaciones sociopolíticas internacionales, pues incluyó también a China y además amagó a los países europeos con aplicarles aranceles a las ventas de esos países a Estados Unidos, acusándolos, “que se estaban aprovechando de EU”, pues también con ellos tiene déficit, además de las diferentes “cuotas y aportaciones” que por muchos años EU ha aportado al Tratado del Norte de Europa, organización creada a instancias del propio Estados Unidos para defenderse de Rusia, desde los tiempos de la guerra fría.
Con todo lo anterior queda evidente un acercamiento inusitado con Rusia, afectando de paso a Ucrania en el conflicto bélico de esa región, dando una vuelta de 180 grados a las políticas internacionales de Estados Unidos.
A riesgo de quedar corto habría que resumir las ventajas y desventajas tanto para México como para Estados Unidos:
- Por lo pronto, si se aplica ese arancel del 25 por ciento a todas las exportaciones de México a Estados Unidos, o una menor cantidad o a menos productos, evidentemente que el TMEC queda roto, por lo menos parcialmente y con serias consecuencias para una probable nueva negociación en 2026.
- México pierde la mayor parte de sus exportaciones, que son más que las importaciones.
- Se podrían cerrar empresas tanto internacionales como locales; aunque se haya concedido una nueva prórroga de un mes, la incertidumbre continúa.
- Se perderían millones de pesos de ingresos fiscales para el Gobierno y se perderían miles de empleos.
- Conduciría al país a una probable recesión o crisis económica.
- Se desplomaría la inversión extranjera.
- Se tendría que recibir a miles de mexicanos expulsados de aquel país y se caerían las “preciosas” remesas.
- Se caería “el negocio” del narcotráfico “consentido por la 4T y con ello los millones de dólares que ingresan a México por este concepto.
- La 4T y su gobierno tendría que incrementar “su guerra” con los cárteles y seguir extraditando jefes y delincuentes del narco. Probablemente tendrá que entregar también a ex gobernantes y gobernantes actuales que se hayan coludido con los narcos.
- El gobierno de la 4T tendría que explicar a los mexicanos y al mundo cómo fue que llegamos a esto.
- La Presidenta Sheinbaum tendrá que aplicar no sólo los planes A, B, C, y D, sino que tendrá que inventar el plan “Z”.
- México tendrá que iniciar un proceso de reorganización de su economía, aplicar programas de austeridad, eficientar sus empresas, incluyendo a Pemex y la CFE; buscar nuevos socios comerciales, y ofrecerles seguridad en sus inversiones.
- México tendrá que seguir buscando un nuevo tratado, aún con condiciones menos favorables pues no conviene a nadie una guerra de aranceles.
- Las empresas norteamericanas probablemente se reubicarían o se regresarían a EU.
- Los precios de los productos que procedían de México o de China más baratos se sustituirían por productos más caros de EU.
- Las empresas de EU venderían más a su propio mercado y probablemente habría más empleos “baratos”.
- El gobierno bajaría su déficit fiscal y sus déficits comerciales.
Trump impondría su voluntad, su política autoritaria y proteccionista, debilitando la ideología capitalista y democrática de la que hacía gala EU.
- Su acercamiento con Rusia debilita los acuerdos y pactos con el llamado “mundo libre y democrático”.
- Las empresas del Presidente Trump se verían especialmente beneficiadas.
- Los agricultores de los productos de exportación a México, de maíz, frijol, carnes, manzanas, etc., se verían afectados, pues México no les querría o no les podría comprar.
- Faltaría la mano de obra de los mexicanos, ilegales o no, en las cosechas, las construcciones, restaurantes, hoteles, talleres, etc.
En resumen, es malo en parte para Estados Unidos esta situación, pero para México es grave; y a todo ello nos ha conducido la 4T y sus gobernantes, pero “en el Zócalo arreglaremos todo”.