Dos de los tres temas más importantes de Trump con México: migración, maíz transgénico y fentanilo tienen que ver de manera sobresaliente con Sinaloa.
Migración no de ja de ser importante para nuestro estado porque los migrantes sinaloenses indocumentados en Estados Unidos, sobre todo en Arizona y California, suman varios cientos de miles; no obstante, la posible deportación de muchos de ellos no nos impactaría tanto como sucedería en Zacatecas, Guanajuato, Jalisco, Chiapas, Oaxaca o Guerrero.
Sin embargo, cuando hablamos de maíz transgénico en la entidad donde más se siembra maíz blanco de todo México pero se vende y produce cada vez menos, entre otras razones porque estamos en los inicios de una nueva etapa climática, donde las lluvias son cada vez menos copiosas y las presas están los niveles más bajos de toda su historia, sin contar que la política agraria de López Obrador perjudicó a la mayoría de los agricultores maiceros, las presiones trumpianas harán mucho más negro el panorama en Sinaloa.
Trump presionará al máximo en las negociaciones del T-MEC para que no se cierre o limite la importación en México de maíz transgénico de Estados Unidos y eso podría afectar severamente a Sinaloa.
Donald Trump, a 23 días de regresar a la Casa Blanca, terminó de diseñar el equipo compacto que tendrá a su cargo la contención migratoria y lucha antidrogas en la frontera con México, con nuevos nombramientos de funcionarios de línea dura en posiciones estratégicas: Rodney Scott como Comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), Caleb Vitello como director interino de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y Tony Salisbury como asesor adjunto de Seguridad Nacional (Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca).
La lista de halcones la completan Kristi Noem, Gobernadora de Dakota del Sur para ocupar la titularidad del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), y Tom Homan como “zar” fronterizo.
En los hechos todas estas oficinas se entretejen para enfrentar el tráfico de personas y de drogas hacia Estados Unidos, temas centrales en la relación con México.
En nuestro País muchos siguen dudando que Trump decidirá intervenir directamente en nuestro territorio en la lucha contra los cárteles de la droga porque tal hecho implicaría una abierta violación a la soberanía nacional, pero cuando simplemente volvemos la vista al día que detuvieron y trasladaron al Mayo Zambada a suelo estadounidense nos damos cuenta que la más reciente violación a nuestro suelo sucedió hace unas cuantas semanas. Si eso pasó con Biden, que es una paloma frente a Trump, no hay por qué ser tan ingenuos y pensar que el hombre naranja simplemente está blofeando como táctica para presionar a Claudia Sheinbaum. Si Trump no se satisface con las acciones del gobierno mexicano contra el tráfico de fentanilo, encabezadas por García Harfuch, tengan por seguro que va a tomar decisiones directas y duras contra los cárteles en territorio mexicano, máxime que serán declarados oficialmente como organizaciones terroristas, lo cual le permitirá a los halcones de la Casa Blanca actuar abierta y legalmente- según las leyes estadounidenses- en territorio mexicano.
Y el primer lugar en hacerlo sería Sinaloa, el principal territorio de la industria narcótica mexicana. Es por ello que Sheinbaun y Harfuch tienen que actuar con rapidez y eficacia si no queremos ver a los helicópteros Black Hawk en la tierra de la tambora.
Trump ha puesto fecha para iniciar su política migratoria hacia México: el 20 de enero, cuando empieza su segunda versión en la Casa Blanca , pero no ha puesto plazos para, a su juicio, ver resultados en la lucha antidrogas. Lo que sí es seguro es que no pondrá al tanto ni se “coordinará” con el Gobierno mexicano para actuar, lo hará unilateralmente tal y como lo hizo Biden. Para los gringos esas decisiones son “secretos de Estado” y no los consultan con nadie.
¿Qué hará la Presidenta Claudia Sheinbaum cuando eso suceda? Pues protestará enérgicamente, pero no pasará de ahí porque no tiene para más, acaso alguna medida comercial o diplomática.
En realidad, para Trump sería más fácil intervenir en México para atacar a los cárteles de la droga y tendría más respaldo de la población de su población al hacerlo que deportar a millones de trabajadores indocumentados de México y otros países de América Latina debido a los altos costos económicos que tendría tal medida para, al menos, las industrias de la construcción, los servicios gastronómicos y la agricultura en cinco estados: California, Texas, Florida, Nueva York y New Jersey. En los dos primeros, así como en Illinois, Arizona, Washington State y otros, los mexicanos son amplia mayoría.
Por lo pronto, con el trabajo de inteligencia de García Harfuch se percibe una mayor eficacia en la lucha por neutralizar a los bandos en la guerra del narco. No obstante, los dos bandos confrontados aún con evidentes dificultades para reclutar hombres a su servicio gozan de un enorme poder financiero dentro y fuera del País. Los expertos en el tema dicen que no ha dejado de fluir el fentanilo ni otras drogas al norte de la frontera. Mientras eso sea así, Chapos y Mayos podrán continuar muchos meses más en la contienda fratricida, y Sinaloa seguirá sufriendo las consecuencias.
Los tiempos no son nada halagüeños, pero aún así les deseo a los lectores que reciban el Año Nuevo en paz y en compañía de sus seres amados.
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