"Tres semanas en pijama"

Por un lado esto de pasarse el día entero en pijama y pantuflas es bastante cómodo. Por otro lado, hacerlo por razón de que todo el país esté en cuarentena, la agrega un factor constante de estrés por la propia seguridad, los retrasos generalizados en el trabajo y la monotonía de la inmovilidad.

Menos mal que encontré un baúl lleno de libros que había dejado aquí el año pasado y que me ha permitido entretenerme con las obras clásicas de H.G. Wells, la poesía de Poe y un fascinante ensayo de David Gelernter sobre la conciencia y la computación, que le recomiendo ampliamente: Las mareas de la mente. También me ocupo en recopilar datos y noticias para publicar actualizaciones en Twitter, analizando las tendencias estadísticas de los números reportados; y por supuesto hago tortillas de harina en compañía de mi niña, que ya se está haciendo una experta.
Ella se entretiene más que yo, desde luego: además de hacer tortillas con su papá, tiene sus juguetes y desde hace una semana que empezó a tomar clases privadas online de matemáticas, chino e inglés para no atrasarse en la escuela. De hecho las escuelas, que debieron abrir el día 9, han anunciado que abrirán desde ya clases remotas para todos los niños, de modo que no pierdan sus lecciones.
Hay negocios y restaurantes que han abierto, pero de oficinas y fábricas aún no hay fechas fijas; muchas han reanudad actividades con un mínimo de personal y estrictas revisiones diarias. El resto hemos hecho nuestra aplicación online y debemos esperar la aprobación. Yo ni siquiera puedo regresar a la ciudad donde vivo antes del 21, ya que estoy en una zona de alta contaminación.
La gente se intenta mantener de buen ánimo; aunque la situación en Wuhan sigue siendo triste, los números van a la baja y contribuimos desde todo China con dinero, insumos y personal; y mientras, seguimos haciendo home office con nuestros colegas. La Feria de Cantón ha cancelado su edición de mayo y es probable que en el primer semestre de 2020 la economía china sufra un buen golpe. No hay aún fechas para reabrir muchas fábricas y se han anunciado medidas de no aceptación de personal proveniente de “zonas rojas” en ciudades como Shanghai. Peor con todo esto, la vida sigue: los planes siguen, sabemos que este mal momento pasará gracias al esfuerzo conjunto. Mientras tanto, seguimos trabajando en pijamas.
Sígame en mi cuenta de Twitter (@Alf_ArGzz) donde publico datos duros y actualizaciones de la situación en China, dos veces al día.
El autor es académico ExaTec y asesor de negocios internacionales radicado en China
alfonsoaraujog@gmail.com