Se inicia el presente año con alegría y optimismo, por lo que se está haciendo en bien del pueblo. 2023 será un año de frutos y realizaciones en el País, con la puesta en marcha de la refinería de Dos Bocas, que comenzará a producir gasolinas, así como la conclusión de la monumental obra del Tren Maya, obras que detonarán una nueva era de progreso con bienestar social. La culminación de estas magnas obras en el presente sexenio establece un precedente sin parangón en la historia del México contemporáneo.

    Si alguien tiene información distinta, agradeceríamos nos la muestre, no conocemos un precedente similar por lo menos en los últimos sexenios. Lo que nos permite afirmar que estamos en un sexenio de gran trascendencia, sentando las bases de una regeneración nacional, que deja para el olvido el viejo y corrupto modelo neoliberal.

    Hay una aspiración de los mexicanos de lograr un desarrollo sostenido, que nos permita salir del subdesarrollo y dar el salto cualitativo de convertir a México en un país moderno, con sólida economía de bienestar y democracia, aprovechando plenamente sus recursos naturales y la enorme capacidad de sus trabajadores y técnicos. Ahora vemos que esta aspiración de que México progrese tiene un asidero firme y no se basa solo en promesas o en buenas intenciones. Nada que ver con los sofismas de los conservadores que un día sí y otro también lanzan sus pronósticos catastrofistas, con tan malas intenciones, que hasta parece que quisieran le fuera mal al gobierno de la cuarta transformación para, así, mezquinamente, sacar raja política.

    Eso es lo que los conservadores mayormente desean, pero se van a frustrar sus maquiavélicos deseos, porque los ciudadanos cada vez están más politizados y no es fácil engañarlos, además conocen muy bien, por experiencia propia, que los seguidores del modelo neoliberal no pensaron nunca en el beneficio del pueblo.

    Un horizonte promisorio se abre con las megaobras en marcha y los programas sociales impulsados por el actual gobierno. Las bases de una economía de bienestar están cimentadas y será muy difícil que la Oposición convenza a los ciudadanos de dar marcha atrás al reloj de la historia y que vuelva el conservadurismo al poder. La losa de la terrible corrupción prianista, que prevaleció por décadas y frustró el desarrollo ascendente del País, es algo que no olvidan los ciudadanos. Es palpable que el País está en un nuevo rumbo, y eso que apenas tenemos menos de un sexenio percibiendo cambios sustantivos en la construcción de una nueva realidad nacional, construyendo un cambio verdadero.

    Con el apoyo del pueblo se marcha en la construcción de una nueva realidad en el País, cimentada en bases firmes para establecer el bienestar del grueso de la población y donde la justicia social sea una realidad palpable. Los frutos de la Constitución deben repartirse con equidad para todos, desde el más humilde ciudadano hasta el más encumbrado empresario, compartir la riqueza y encontrar, condiciones de igualdad, oportunidades, en eso consiste el desarrollo sustentable, con bienestar, del que hablamos.

    No hay cosa más bella que la convivencia con la familia y nuestras amistades de toda la vida, compartir recuerdos y momentos inolvidables, disfrutar las fiestas de un nuevo año que comienza con optimismo. Este año será de gran importancia política, habrá elecciones en Coahuila y el Estado de México, las cuales sin duda marcarán tendencia para la elección grande, presidencial, del 24. Hay buenos augurios de que la democracia seguirá avanzando, con un pueblo sumamente despierto políticamente y favorable a la reconstrucción nacional en marcha. Los tiempos políticos vienen cargados de buenas nuevas en favor del pueblo.

    Contra la actitud conservadora de las minorías, que se oponen al cambio, el proceso del cambio no se detendrá, porque la razón histórica está de lado del pueblo, el cual no parará hasta lograr su meta: la plena democracia y la justicia social en el País. Eso lo han comprendido los ciudadanos. La democracia plena llegará con el respeto irrestricto al voto y a la voluntad popular, con el disfrute de los derechos al trabajo, a la educación y a la salud del pueblo, cuando se destierre cualquier tipo de discriminación y de clasismo, que niegan en la práctica el derecho a la igualdad que establece la Constitución de los mexicanos.

    Vemos con optimismo el futuro de México, hay motivos para prever que con el Año Nuevo los mexicanos se aprestan a construir un país más fraterno y próspero.