rfonseca@noroeste.com
@rodolfodiazf
El recurso de la música para mejorar la salud física, psicológica, intelectual, social o emocional es cada vez más reconocido en todos los ámbitos.
Desde que el bebé está en el seno materno se recomienda estimularlo con la música de Mozart, lo mismo que cuando ya ha nacido. Pero, también para jóvenes y adultos es gratificante y saludable someterse a la musicoterapia.
La música nos hace felices, mejora nuestro ánimo, estimula nuestra inteligencia y rendimiento, fortalece nuestra memoria y capacidad de atención, facilita nuestro sueño y descanso, reduce el estrés y la depresión, entre otros beneficios.
Desde hace mucho tiempo se recomienda escuchar música para estimular y facilitar el aprendizaje. Sin embargo, no nos referimos a todo género musical, es mucho más recomendable la música clásica, instrumental o la que alterna sonidos de la naturaleza.
No estamos en contra de otros tipos de música, pero no cualquier ritmo ayuda a la concentración. Hay música que nos lleva a la explosión o exaltación, incluyendo una efímera emoción proclive, en ocasiones, a excesos en la bebida. Otra, es tan ruidosa y estridente que produce daños irreparables en nuestro sentido del oído.
Volviendo al tema del aprendizaje, el psicólogo y educador búlgaro Georgi Lozanov desarrolló en los años 70 una teoría llamada Sugestopedia, fundamentada en técnicas de ejercicios de la respiración, escucha musical y un entorno agradable para concentrarse y mejorar el estudio.
Luz María Ibarra -quien tiene el grado de Doctora en Filosofía y Educación- en su libro “Aprende mejor con Gimnasia Cerebral”, recomendó la música clásica para lograr un superaprendizaje, aprendizaje activo y revitalizar el cerebro: “Es importante combinar la música barroca de 60 tiempos, como el Canon de Pachelbel, con la de 80 tiempos, como los Conciertos grossos de Hándel”, afirmó.
¿Disfruto la saludable terapia musical?