Los trabajos para el saneamiento ambiental, para que no ocurran o se atenúen sus efectos de fenómenos climáticos como el que afectó a Acapulco, o como el que está afectando actualmente a las zonas agrícolas y ganaderas por la escasez de agua en ríos, presas y jagüeyes o la falta de agua para consumo humano. Tampoco hay agua suficiente en las presas para generar energía hidráulica que es energía limpia; además estamos perdiendo nuestros bosques por incendios y sequía; en suma, se requiere una política de control y mejora de las condiciones climáticas, en lo que al Gobierno de México actual no parece interesarle, como se demuestra con las decisiones de aumentar el consumo de petrolíferos y la obstrucción a empresas que pretenden generar energías limpias. Hasta la fecha, no se observa el cumplimiento cabal de los compromisos de México en los “Acuerdos de París” de disminuir las emisiones de CO2 y de metano al medio ambiente; se sigue quemando carbón y combustóleo en las plantas generadoras de la CFE; no existe una política estricta de conservación de bosques pues se ha debilitado la vigilancia preventiva de incendios y la tala de árboles; más aún, no hay señales de tecnificar el riego agrícola que consume casi el 70 por ciento del agua dulce.
La tragedia de Acapulco la provocó un huracán que se formó en el Océano Pacífico a muchos kilómetros de la costa de Guerrero, pero... ¿por qué se incrementó repentinamente a nivel cinco y se vino directamente hacia Acapulco?, una respuesta es que el meteoro fue encontrando zonas continuas de muy baja presión atmosférica, generadas localmente por las condiciones propias del país, que ha provocado situaciones climáticas muy adversas por el exceso en la generación de gases de efecto invernaderos y por falta de bosques y vegetación que atenúen sus efectos.
Finalmente, para que no pasen o sean por lo menos más leves estos sucesos que han costado decenas de vidas y miles de millones de pesos en daños, es para lo que se requiere se inicie en serio una política de control y saneamiento del medio ambiente, de lo contrario, habrá más Acapulcos.
Hay que hacer también hincapié en otra consecuencia, ahora por políticas mal aplicadas a las que no se les da seguimiento en cuanto a sus resultados. La supuesta “política de austeridad” ha ocasionado daños en vidas y en la economía de muchos ciudadanos y del propio gobierno. Cuando se establece una política de austeridad y ahorro, en lo primero que se piensa es en recortar el gasto en publicidad, después en mantenimiento y luego en recorte de personal. El gobierno de López Obrador no ha recortado la publicidad y la propaganda de su gobierno, pero sí ha sido evidente el recorte agresivo en los gastos de mantenimiento, con consecuencias desastrosas, pues no sólo se ha sufrido la pérdida de vidas y de la salud de muchos mexicanos, sino también el costo de las reparaciones de emergencia que han sido bastante mayores que haber seguido un programa de mantenimiento preventivo.
Los accidentes en el metro de la ciudad de México, los múltiples accidentes en las instalaciones de Pemex, en sus refinerías, en sus plataformas y gasoductos y aún en cuanto a sus problemas por “huachicol”; igualmente en los elevadores e instalaciones del Seguro Social, así como en accidentes en carreteras por falta de mantenimiento constante y preventivo. Todo por una “austeridad” mal entendida.
Tal vez ahora el Presidente y sus funcionarios hayan entendido el valor de mantener equipos, instalaciones y bienes en buen estado, con lo que el país hubiera prevenido muertes y heridos y ahorrado gastos en reparaciones de emergencia y pago de indemnizaciones.
Algunas otras instituciones y programas que dejaron los “regímenes liberales”, tan vilipendiados por el gobierno de la 4T, fueron eliminados sin siquiera un mediano estudio de sus bondades y resultados, denunciándolos de corrupción e ineficiencia pero sin verificar realmente su operación y contenido. Así, se eliminaron las Escuelas de Tiempo Completo que mejoraban la educación de los niños y ayudaban a las madres que trabajan o que no tenían recursos para una buena alimentación de sus hijos.
Se eliminaron las Estancias Infantiles, los programas de investigación compartidos entre el Conahcyt, las empresas y las universidades, y se debilitaron instituciones como el Sistema Anticorrupción, el de Trasparencia y Rendición de Cuentas, el Seguro Popular, etc., etc.
Las consecuencias no se han evaluado en todas sus dimensiones, algo que no hará el Gobierno de la 4T.