En Sinaloa se definirá el éxito o el fracaso de la estrategia de seguridad de la Presidenta Claudia Sheinbaum. El tamaño y peso de las dos fracciones antagónicas del Cártel de Sinaloa es tal, tanto a nivel nacional como internacional, que el resultado de la guerra fratricida y la manera en la que intervenga el Gobierno mexicano determinará las decisiones que se tomarán en el resto del territorio nacional en materia de seguridad nacional a lo largo del sexenio.
Es también muy probable que los resultados de esta guerra narca definan las relaciones de los gobiernos de Estados Unidos y México en materia de seguridad. La fracción de los hijos de Joaquín Guzmán, no se nos olvide, esto es muy evidente, negoció, ya sea con la DEA, la CIA o el mismo Departamento de Estado, la entrega de “El Mayo” Zambada sin que las instituciones de seguridad del gobierno de López Obrador se enteraran, lo cual metió “en pausa”, como lo señala la Presidenta Sheinbaum, los tratos diplomáticos entre ambos países. Es decir, la manera en que se resuelva este conflicto bélico criminal entre la “Chapiza” y la “Mayiza” también va a orbitar en las definiciones de políticas de seguridad de ambas naciones.
Cualquiera de las dos fracciones del Cártel de Sinaloa tiene en ambos países tal poder criminal que se convirtió en un factor de decisión en materia de seguridad. Los grandes capos sinaloenses han negociado históricamente con diferentes gobiernos mexicanos y lo mismo han hecho, aunque en otras condiciones y maneras, con el gobierno de Estados Unidos. Un ejemplo rotundo es la más reciente negociación de la fracción Guzmán con alguna instancia mayor del Tío Sam para entregar a “El Mayo” Zambada.
El Cártel Jalisco Nueva Generación tiene una presencia delictiva semejante a la de los grandes capos sinaloenses, pero ni con los gringos ni con el Gobierno mexicano tienen el mismo poder de negociación política.
Por el curso que lleva la guerra narca todo indica que terminará con la derrota, sino definitiva si por lo menos temporal, de una de las dos fracciones, pero eso no podrá llevar a decir a la doctora Sheinbaum que su estrategia está funcionando y que, en este caso, ha triunfado. Todo depende de cómo actúen las Fuerzas Armadas, la Fiscalía General, la Secretaría de Seguridad, la de Gobernación y la misma Presidencia de la República. Tendrá que verse en esta crisis que el Estado Mexicano sale fortalecido, sepultando la idea, reproducida por sus críticos, de que está subordinado a los cárteles de la droga.
Varias plataformas electrónicas, seguramente ligadas algunas de ellas a las dos fracciones en combate, hablan de que va ganando uno u otro bando. Por ejemplo, una de ellas, ligada a la “Mayiza”, anunció que la guerra terminaría ayer viernes, pero, por lo que informan los medios, no parece que vaya a ser así y que, más bien, los enfrentamientos no cesarán pronto y que la guerra será prolongada.
En este escenario de violencia e inseguridad, la nomenklatura del Partido Sinaloense, cuyo líder y fundador, Melesio Cuén, era amigo cercano a “El Mayo” Zambada, quiso utilizar nuevamente a la UAS para profundizar la inestabilidad social, económica y política que se vive en el territorio sinaloense y más particularmente en Culiacán. De manera irresponsable les hacían el juego a los bandos delictivos llamando a un paro de las actividades de la institución buscando meter al Gobierno de Sinaloa en una crisis mayor. En lugar de contribuir, como institución académica, a elaborar una narrativa pacifista, actuaron como lo que son, un actor político primitivo y delictivo que echa leña al fuego.
Por fortuna, hubo académicos y estudiantes de la UAS que se opusieron a la manipulación política del PAS. Este hecho pronto empezó a generar un eco en la comunidad universitaria, lo cual, sin duda, hizo ver a los pasistas que su decisión política iba a fracasar muy pronto. Por otra parte, el malestar de otros sectores de la sociedad sinaloense ante el paro, así como el llamado de la Secretaría de Gobernación para que entablaran pláticas con los representantes del Gobierno de Sinaloa, los obligó a llamar al regreso a clases.
La doctora Sheinbaum declaró que el conflicto del PAS-UAS con el Gobierno de Sinaloa debería resolverse en el propio estado. Esto es lo correcto, pero siendo el Gobierno federal el principal contribuyente financiero de la Universidad, debe actuar con decisión para que en Sinaloa la principal universidad pública deje de ser un instrumento político del PAS y no permita que ni Morena ni ningún otro partido se encaramen en ella, si es que está pensando en que las universidades, a través de la educación y la ciencia, sean baluartes de su estrategia de desarrollo. Ella sabe que, para que eso sea posible, las universidades deben ser plenamente autónomas en sus políticas educativas, científicas y culturales.
Ante este enorme conflicto, la Presidenta Claudia Sheinbaum tendrá que actuar con celeridad, inteligencia y eficacia para entregar resultados positivos en materia de seguridad, el tema más relevante para el País al inicio de su mandato. Salir avante en Sinaloa le dará fuerza y legitimidad para dar pasos en otros estados, como Guerrero, Chiapas o Guanajuato, tan sólo para mencionar tres entidades también severamente golpeadas por el crimen organizado.
No han sido muchos los ciudadanos de Culiacán que han salido a las calles a protestar contra la violencia o a buscar con valentía rehacer la vida económica y social de la capital, pero sí demuestran gran dignidad, valor civil y amor por la ciudad. Nuestra solidaridad para ellos.
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