Shiva Loka

BUHEDERA
    Shiva es venerado en la forma anicónica de lingam (falo). Se le describe como un yogui omnisciente que vive una vida ascética en el monte Kailash (al noroeste de China), y también se le representa como a un dueño de un hogar con su esposa Parvati, y dos hijos, Ganesh y Kartikeia

    Parece una vacilada ordinaria (Chiva Loca), pero es más que eso en la enrevesada mitología y cosmología hindú (que parece diseñada para que nadie entienda nada de nada).

    Wikipedia: “Shiva (en sánscrito, श शिविव; devanagari, Śiva (escuchar); literalmente, «El auspicioso», también conocido como Mahadeva “gran Dios”) es uno de los dioses de la trimurti (trinidad hinduista), en la que representa el papel del dios que destruye y renueva el universo, junto con Brahmá (Dios creador) y Vishnu (Dios preservador). Dentro del shivaísmo, Shiva es considerado Dios supremo.

    Usualmente, Shiva es venerado en la forma anicónica de lingam (falo). Se le describe como un yogui omnisciente que vive una vida ascética en el monte Kailash (al noroeste de China), y también se le representa como a un dueño de un hogar con su esposa Parvati, y dos hijos, Ganesh y Kartikeia. Shiva tiene muchas formas benevolentes así como también otras de temer.

    Hace muchos, muchos milenios, en el primer comienzo, cuando Devi Loka y ParaBrahma aparecieron, no había Shiva, Vishnu ni Brahma. Sólo el cosmos material manifestado por Devi Loka existía y era primitivo, antiguo y estrecho.

    Para crear el Cosmos divino, Shiva Loka (Sadashivaloka) creó un campo de energía fuerte y dominante, que Rishis llama el Principio del Diamante Vectrum”.

    Por eso algunos dicen que Shiva era realmente un alien llegado a la Tierra en un pasado muy remoto.

    Wikipedia:

    “Aniconismo es la práctica o creencia de evitar o rehuir las imágenes de seres divinos, profetas y otros personajes religiosos respetados o, más allá de la religión, la falta de representación de seres humanos o seres vivos.

    El término anicónico se puede utilizar para describir la ausencia de representaciones gráficas en un sistema particular de creencias, sin importar si existe un reglamento en su contra. La propia palabra deriva del griego εικων “imagen” con el prefijo negativo a- (alfa privativa del griego) y el sufijo -ismo (griego-ισμος).

    El aniconismo es un caso particular de representación (la ausencia de imágenes) que puede llegar hasta el tabú (la prohibición de imágenes, que contiene medidas para regular dicha ausencia).

    La evasión y repugnancia por las representaciones se llama iconofobia. Cuando se procede al retiro y destrucción de las representaciones, el aniconismo se convierte en iconoclasia. Tiene que ver también con la censura, que tiene lugar después de que se produzca una representación, pero simultáneamente a hacerse pública, y que implica en principio menos violencia que la iconoclasia.

    Según el caso, el objeto del aniconismo puede comprender únicamente a un Dios, o extenderse progresivamente a todas las deidades y personajes santos, a personajes legendarios e históricos, a todos los seres humanos, a los seres animados y seres vivos, y finalmente a todo lo que existe en el mundo físico o sobrenatural.

    Algunos elementos de las personas u objetos sometidos al aniconismo son más sensibles que otros en cuanto a su representación. Entre ellos, los ojos y la cara de los seres humanos, como marcadores de la identidad de la especie y el individuo. Los retratos son el objeto artístico más común: prácticamente en todas las culturas se utilizan máscaras como medio para proteger la privacidad o asumir otra identidad, y su representación en ocasiones se asocia a la retirada del poder, la vida o incluso el alma de los representados. A menudo se evita la representación de las partes genitales, generalmente por razones morales.

    El aniconismo ha alimentado numerosos disturbios sociales y daño cultural a lo largo de la historia (por ejemplo, en Bizancio o asociado a la Reforma Protestante) y continúa siendo un factor determinante en distintos ámbitos sociales, desde la religión y la política hasta la ciencia y las artes”. (Es conocido el caso de las estatuas gigantescas de Buda de 55 metros de altura y de hace 1,500 años, destruidas con misiles, tanques y dinamita por los talibanes afganos en 2001),