Sexenio perdido en oportunidades

05/04/2025 04:01
    Ya se extinguió la gran oportunidad que se tenía para aprovechar el fenómeno del ‘nearshoring’, es decir, aprovechar la cercanía con la economía de Estados Unidos. No hubo realmente ninguna intención de aprovechar esa oportunidad, sino todo lo contrario.

    En esta columna se revisará no sólo lo que se desperdició durante los seis años del gobierno de López Obrador, sino, además, lo que se perdió, al no aprovecharse en lo más mínimo las oportunidades que tuvo México para dar el salto hacia una sana economía y una convivencia más segura y fructífera entre los ciudadanos y su gobierno.

    1. El sexenio de AMLO no sólo fue omiso en atender los problemas del cambio climático en el País, sino que agregó más leña al fuego el promover la quema de carbón y de combustóleo y permitir se siguiera quemando el gas natural en los pozos petroleros, al no poder aprovecharlo. Lo curioso del caso es que México tiene que importar más del 80 por ciento del gas que se consume y, en cambio, no le ha sido posible procesar el gas que se produce de manera natural al extraer petróleo crudo. Se “queman” millones de pesos al no contar con las instalaciones necesarias para procesar ese gas.

    Se pasaron seis años y poco se hizo en la forestación y la reforestación del campo mexicano, antes bien, “se permitió” la tala incontrolada de bosques y montes; pudieron haberse plantado millones de árboles en esos seis años.

    No se observó una auténtica política de ahorro y mejor utilización del agua; si tan sólo hubiera habido un programa de apoyo al agro mexicano para tecnificar el campo con el uso del riego por goteo o siquiera el riego por aspersión, para sustituir el milenario riego por gravedad, en el que se desperdicia prácticamente más del 50 por ciento del agua que se utiliza.

    Se fueron seis años y no se cumplieron los compromisos de México en los Acuerdos de París en cuanto a contaminación ambiental, en cambio, se destruyeron miles de hectáreas de bosques en la Península de Yucatán y se dañaron cenotes y ríos subterráneos de agua dulce. Ahora, es común observar en Sinaloa a los agricultores perforando pozos ilegalmente para regar, ante la falta de agua en las presas. Lo bueno que pudo hacerse se perdió y lo malo que se hizo se quedó.

    2. Ya se extinguió la gran oportunidad que se tenía para aprovechar el fenómeno del “nearshoring”, es decir, aprovechar la cercanía con la economía de Estados Unidos. No hubo realmente ninguna intención de aprovechar esa oportunidad, sino todo lo contrario:

    - Se “satanizó” la inversión privada extranjera, acusándola de corrupción y de “saquear” al País y se expulsaron algunas empresas ya establecidas, sobre todo españolas.

    - La inversión pública, escasa, sólo se dedicó a las obras insignia del régimen, de muy dudosa productividad, aunque tal vez haya servido para estimular el desarrollo del sureste del país.

    - Se bloqueó la inversión privada nacional y extranjera en energía limpia, impidiendo un área de la economía que, además de producir energía, hubiera ayudado en el control de la contaminación del ambiente y en la creación de empleos.

    - Se tomaron decisiones en contra de las políticas de Estados Unidos en lo referente a migración y al narcotráfico que no sólo enemistó al gobierno, sino que también detuvo inversión extranjera que quería aprovechar el nearshoring con Norteamérica.

    - Y ahora, el gobierno de Donald Trump prácticamente cerró el acceso a ese país al comercio exterior, imponiendo aranceles a todo y por todo y se pone en duda la existencia del Tratado México-EU-Canadá.

    3. Y esa es otra oportunidad que se perdió, al no haber aprovechado las ventajas del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, tratado que se renovó durante el sexenio de López Obrador, quien pareciera que pretendía perjudicarlo actuando contra la inversión extranjera y al dar “manga ancha” a los narcotraficantes y carteles que exportaron drogas, personas y dinero a Estados Unidos y al mundo entero.

    El TEMEC se revisará en un año más, pero pareciera que ya está muerto o por lo menos, si se firma uno nuevo, sería con condiciones menos favorables para México.

    4. Otra oportunidad perdida fue la de haber puesto a México a la vanguardia en tecnología e instalaciones de telecomunicación, internet, inteligencia artificial y no se estimuló el conocimiento en digitalización de empresas, gobierno, escuelas y ciudadanos en operaciones y enseñanza a distancia.

    La ignorancia del gobernante que, o no entendía del tema o simplemente estaba en contra de los avances tecnológicos, pues él seguía estacionado en su mundo del siglo pasado y anteriores, con lo que se perdió la oportunidad de un México moderno, en detrimento de las futuras generaciones. Lástima.