Hoy, en la Diócesis de Culiacán, tiene lugar un acontecimiento trascendental: la toma de posesión canónica del V Obispo y el inicio de su Ministerio Episcopal.
En efecto, el I Obispo de Culiacán y último Obispo de Sinaloa (por la erección de la Diócesis de Mazatlán, en 1959) fue Lino Aguirre y García, quien fungió de 1944 a 1969. En 1968 nombraron a Luis Rojas Mena como Obispo Auxiliar y, al año siguiente, sucedió a Aguirre García como II Obispo de la Diócesis. El ministerio de Rojas Mena se extendió hasta 1993, en que su auxiliar, Benjamín Jiménez Hernández, lo sucedió en el cargo como III Obispo.
Jiménez Hernández sirvió como Obispo titular de 1993 a 2011, en que solicitó su renuncia por motivo de enfermedad. Lo sucedió Jonás Guerrero Corona, quien era Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México desde el año 2000 y, el 18 de marzo de 2011, asumió el cargo como IV Obispo de Culiacán.
Hoy, Jesús José Herrera Quiñonez, asume la Diócesis de Culiacán como V Obispo en su historia. Anteriormente, desde 2011, se desempeñaba como III Obispo de la Diócesis de Nuevo Casas Grandes, en el estado de Chihuahua.
La palabra obispo proviene del vocablo episkópos en griego, que significa guardián, vigilante, inspector que observa desde arriba. Sin embargo, el término no tiene una connotación de mando o de poder, sino de servicio, como recordó el papa Francisco el 17 de octubre de 2021 al ordenar dos obispos: “más servir que gobernar, según el mandamiento del Maestro: ‘Que el mayor entre vosotros sea como el más pequeño’. Y el que gobierna, “que sea como el que sirve”.
Por eso, el nuevo Obispo tiene como lema de su escudo: “por tu palabra echaré las redes”.
¿Busco mandar o servir?