“Los hombres esclavos luchan por la libertad y la ganan a golpes, tras una lucha cruel. Sus hijos, educados en la comodidad, dejan escapar ese preciso logro, pobres tontos. Y los hijos de estos, a su vez, vuelven a ser esclavos”._ D.H.Lawrence
En 1931, durante su estadía en Montecarlo, conoció a Samuel Goldwyn a través de Demetrio Románov, primo del Zar de Rusia Nicolás II. Goldwyn ofreció a Chanel una propuesta laboral de un millón de dólares que incluía diseñar el vestuario para las estrellas de MGM dos veces al año en Hollywood. Luego de aceptar la oferta, viajó acompañada de Misia Sert a Estados Unidos, donde confeccionó la ropa de varias estrellas. Por otra parte, Greta Garbo y Marlene Dietrich se convirtieron en clientas privadas. Su experiencia en la producción de vestuario para películas norteamericanas le generó una aversión por la industria del cine y la cultura de Hollywood, a las que calificó de «infantiles». La diseñadora declaró: «Hollywood es la capital del mal gusto... y es vulgar». The New Yorker especuló con que había abandonado su trabajo debido a que «sus vestidos no eran lo suficientemente sensacionales. Ella hizo que una dama se vea como una dama.
Hollywood quiere una dama que se vea como dos damas». Sin embargo, continuó realizando diseños para el cine pero esta vez para películas francesas.
Su empresa llegó a contar con 4 mil empleados y 28 mil unidades de venta anuales para 1935.
Según Edmonde Charles-Roux, se convirtió en una persona tirana y muy solitaria en sus últimos años. Ocasionalmente era frecuentada por un puñado de amigos y amigas.
Al comienzo de 1971 se hallaba enferma y debilitada, afectada por la artrosis y su adicción a la morfina, pero continuaba en el trabajo de su rutina habitual para la preparación del catálogo de primavera. En la tarde del sábado 9 de enero dio un largo paseo y al regresar a su casa, se sintió mal y se fue a su habitación temprano. Chanel murió al día siguiente a la edad de 87 años como consecuencia de un ataque cardíaco en el Hotel Ritz (hotel de lujo en el centro de París), donde había residido por más de 30 años. Sus últimas palabras (según la leyenda) fueron: «Bueno, así es como uno se muere». Una muerte solitaria después de una vida solitaria marcó el final de la vida del mito. Su funeral se llevó a cabo en la iglesia de la Madeleine y sus modelos ocuparon la primera fila en la ceremonia. Su ataúd fue cubierto con flores blancas (camelias, gardenias, orquídeas, azaleas) y algunas rosas rojas. Sus restos fueron inhumados en el Bois-de-Vaux Cementery, en Lausana, Suiza.
Francisco Rodríguez: “En uno de los tres grandes centinelas del silencio que custodian -y de repente amenazan- el Valle de México, ‘La Malinche’, el volcán ubicado en Tlaxcala, se encuentra una maravilla agropecuaria cuyo antiquísimo diseño se atribuye al Rey Nezahualcóyotl, celebérrimo por grandes razones, entre ellas, su valor guerrero, su conocimiento y erudición de las ciencias y del entorno y su fenomenal poesía bucólica. Sucede que al Rey texcocano se le ocurrió la brillante idea de construir en las laderas de los altos cerros, un sistema de terrazas naturales, después construidas en La Malinche, que tienen la quíntuple función de detener las erosiones de las lluvias, preservar el agua, trasminarla hacia lo profundo de los mantos freáticos, hacer florecer la floricultura y la acuacultura pecuaria y enriquecer la agricultura. Nada más, pero nada menos, decía Azorín.
La idea fue trasplantada a las resecas tierras extremeñas por Rafael Gasset, Ministro de Agricultura de Alfonso XIII y, por si faltara, tío de José Ortega y Gasset, el famoso tribuno de la República. Bajo la dirección de Gasett las laderas de los promontorios volcánicos que rodean la provincia de Badajoz, fueron diseñadas por el hombre con la idea agropecuaria de Nezahualcóyotl, el rey poeta. El Plan Badajoz fue ‘la niña bonita’ del discurso de Francisco Franco”.