Salvar los arrecifes coralinos, para salvar la pesca

Atarraya
16/06/2024
    Actualmente, la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación de nuestros mares ponen en riesgo nuestro modo de vida y, en particular, el de más de 200 mil personas que dependen directamente de la pesca ribereña en México.

    Los arrecifes de coral son ecosistemas coloridos llenos de vida, uno de los hábitats críticos para el sostén de la vida marina y, por ende, de las actividades económicas relacionadas con ellos, como el turismo sustentable o la pesca ribereña. Con menos del 1 por ciento de la superficie del planeta, los arrecifes sostienen hasta el 25 por ciento de la vida marina que hay en los océanos del mundo, por lo tanto, son claves de cara al futuro.

    Actualmente, la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación de nuestros mares ponen en riesgo nuestro modo de vida y, en particular, el de más de 200 mil personas que dependen directamente de la pesca ribereña en México.

    Es urgente e imperante proteger las zonas de arrecifes de coral de nuestro país. Solo así seguirán brindando los servicios ecosistémicos de alimentación, protección contra huracanes e incluso de la bioprospección de nuevas medicinas y superalimentos que podrían ser la solución para el futuro de la humanidad; debemos protegerlos sí o sí. No tenemos opción.

    En México somos privilegiados de tener estos ecosistemas que únicamente se forman dentro de los trópicos del mundo. Tenemos zonas arrecifales en la costa del Pacífico (específicamente en los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Colima, Jalisco, Michoacán, Guerrero y Oaxaca), en la Península de Yucatán (desde isla Contoy, Xcalak, hasta Banco Chinchorro), así como en Veracruz y Campeche, ocupando un área de más de 1,780 kilómetros cuadrados (1).

    Pese a su importancia, y siendo uno de los ecosistemas más productivos del mundo, no todos los arrecifes coralinos están protegidos. Es importante señalar este hecho porque proteger una zona bajo algún esquema -como pueden ser las Áreas Naturales Protegidas (ANP)-, es y será significativo en la conservación de los recursos naturales, incluso cuando estas no siempre cuenten con los recursos y las capacidades económicas. Al menos así lo ha demostrado un estudio que determinó que en más de la mitad de los casos las acciones de conservación tienen un efecto positivo neto en la conservación de la biodiversidad (2).

    En Campeche, por ejemplo, muchas de las zonas arrecifales conocidas, tales como Cayo Arenas, Obispo, Triángulos, Banco Pera, entre otros, no tienen una categoría de protección, aun cuando el estado es el octavo productor pesquero a nivel nacional, y que muchas larvas de las principales especies pesqueras como pulpo, camarón o robalo dependen de los arrecifes de coral (3).

    Decretar reservas marinas o zonas de protección es sin duda una herramienta eficaz para la conservación y la gestión pesquera en ecosistemas marinos tropicales, ya que brindan beneficios a las áreas circundantes, produciendo un efecto de derrama de peces, larvas, juveniles y peces adultos hacia otras reservas marinas o hacia zonas de pesca (4).

    Curiosamente, desde 2016 se reconoció el valor de la biodiversidad y el potencial pesquero de los arrecifes en la Sonda de Campeche, siendo parte de una zona de salvaguarda denominada Arrecifes de Coral del Golfo de México y Caribe Mexicano (5). Pero que aquí exista una constante actividad petrolera no ha permitido pensar en esta región del país como un área de protección biológica.

    En junio, científicos de Oceana y de diversas instituciones del país exploramos estos arrecifes para conocer su estado de salud, riqueza y relación con las pesquerías locales. Tras dos semanas de intensa actividad submarina, esperamos aportar el conocimiento técnico y científico necesario para repensar este espacio natural, considerando que en el futuro podamos salvar estos arrecifes y resguardar la pesca ribereña en el estado de Campeche.

    Es así como en esta expedición la misión de Oceana de proteger a los océanos para salvar al mundo está más vigente que nunca. Tenemos la convicción de que, al usar el mejor conocimiento científico disponible, podemos aportar soluciones para mejorar la vida de las comunidades costeras.

    Literatura citada:

    1 Romeu, E. 1995. “El arrecife como recurso”, CONABIO. Biodiversitas , 3:8-13

    2 Penny F. Langhammer et al. “The positive impact of conservation action”. Science 384,453-458(2024).DOI:10.1126/science.adj6598

    3 Producción agropecuaria y pesquera en Campeche. Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Disponible en: https://www.gob.mx/agricultura/es/articulos/produccion-agropecuaria-y-pesquera-en-campeche?tab=

    4 Green, A. L., Maypa, A. P., Almany, G. R., Rhodes, K. L., Weeks, R., Abesamis, R. A., ... & White, A. T. (2015). Larval dispersal and movement patterns of coral reef fishes, and implications for marine reserve network design. Biological Reviews, 90(4), 1215-1247.

    5 Secretaría de Energía. Plataforma de Yucatán y Caribe Mexicano 2016. Dictamen técnico n°3 disponible en: https://base.energia.gob.mx/SIEEH/ZonasSalvaguardas/_docs/DictamenesTecnicos/PlataformaYucatanCaribeMexicano.pdf

    El autor Miguel Rivas Soto (@migrivass) es doctor en ciencias por el instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y director de santuarios marinos para Oceana en México.

    -

    @oceanamexico